Es inevitable no sentir emociones en el día a día y aprender a manejarlas es algo que no se suele incluir en la educación de los niños. En los colegios y en muchas casas sí que se enseñan los colores, las letras, etc... pero la inteligencia emocional infantil es algo que se suele olvidar en la educación.
Sentir emociones es algo bueno y solemos reaccionar físicamente ante ellas, por ejemplo si sentimos miedo, evitamos ponernos en peligro o si sentimos frustración, nos hace superarnos a nosotros mismos y conseguir aquello que nos proponemos. Es beneficioso que los niños aprendan a identificar lo que sienten y sean capaces de expresarlo, es por eso que como padres tenemos el deber de conocer mas de la Inteligencia emocional infantil para poder ayudarles en su proceso de vida.
Emociones positivas: optimismo
El ser optimista es algo que se puede aprender, ya que ante una misma situación puede haber una persona que solo intenta sacar las cosas buenas y otra que solo ve lo malo, como en famoso caso del vaso medio vacío o medio lleno. Los niños tienden a ser más optimistas si en casa tienen un entorno agradable lleno de alegría y risas.
Una persona pesimista piensa que los problemas son por culpa de factores externos y que ella no puede hacer nada por cambiarlo. Sin embargo, una persona optimista empatiza más y asume responsabilidades para que se pueda buscar una solución y las cosas malas se transformen en buenas.
Esta reacción de ponerse en el lugar de los demás se desarrolla durante los primeros seis años de vida. Nada más nacer un bebé no sabe diferenciar entre él y lo que le rodea. Es a partir del año cuando comienzan a distinguir, pero todavía no saben ponerse en la situación de otro. A los seis años, ya tienen una maduración suficiente para empezar a desarrollar y a aprender que las necesidades y deseos de uno mismo, también dependen del resto.
Cómo solucionar sus problemas
Es muy importante tener en cuenta la edad del niño y ser capaces de distinguir lo que puede hacer él solo y lo que no, porque cuantas veces no os pasa que corréis para solucionar algo que podría haber hecho él solito. Hay que dejarles margen para que piensen y busquen una solución por sí mismos, porque no pasa nada si se equivocan, todo lo contrario, les ayuda a aprender.
Si son capaces de solucionar problemas por sí solos, aumentarán la experiencia para problemas futuros. Los niños tienen que reconocer las emociones negativas, así que cuando veas que tu hijo está triste o mal pregúntale como se siente y que necesita para sentirse mejor. Esto es el principio para encontrar una solución.
Cómo desarrollar la inteligencia emocional
Las emociones son uno de los pilares básicos de nuestro ser, junto con los pensamientos y las acciones. Si vuestros hijos son capaces de controlarlas e identificarlas les ayudará en un futuro a ser más responsables y a respetarse a sí mismo y a los demás. ¿Qué puedes hacer tú?
1. Controlar sus ataques de ira. Aproximadamente, es a partir de los seis meses cuando los bebés comienzan a tener el sentimiento de la rabia y comienzan a llorar cuando quieren algo o incluso gritan o golpean a los mayores. Aquí esta la importancia de saber poner límites desde que son pequeños y no reíros ante estos ataques de ira por muy graciosos que os parezcan. Debéis intentar calmarles y razonar con ellos, aunque parezca mentira entienden más de lo que creéis.
2. Aprender a identificar emociones. Los niños sienten un montón de emociones que no saben por qué están experimentando eso. A los dos años es una edad adecuada para comenzar a enseñar a los niños las diferentes emociones, ya que según muchos estudios, está demostrado que saber identificar lo que sentimos nos ayuda a retomar el control. Enséñales que es la tristeza, la alegría, etc... y que a que cuando se sientan así, lo expresen abiertamente con sus seres queridos.
3. Empatizar con los demás. Si los niños se han portado mal o han tenido una rabieta hazle saber con preguntas cómo le afecta a los demás su comportamiento. Por ejemplo, le puedes decir ¿Cómo crees que se siente papá cuando tu le golpeas? ¿Por qué crees que tu primo está llorando? De esta forma aprenderá a ponerse en el lugar de los demás.
4. Favorece su comunicación. Al igual que deben expresar lo que sienten, también deben aprender a escuchar a los demás. Motívales para establecer un diálogo en el que puedan encontrar la razón del sentimiento que les invade. La vergüenza no tiene que existir en estas situaciones. La regla de oro es comenzar enseñando con el ejemplo.
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