Los niños cuya dependencia emocional hacia los padres y tutores es excesiva, o continua, tienden con mayor frecuencia a desarrollar fobias y patologías de mayores, relacionadas con la autoestima y con la personalidad en general.
En este reportaje te mostramos algunas pautas que puedes poner en práctica con tu hijo, si éste se encuentra en el umbral de los 12 meses y los 4 años de edad.
¿Por qué a esa edad?
Sencillamente, está comprobado que la mayor parte de los niños desarrollan su salida hacia ‘el mundo exterior’ y su autonomía durante estos años. El control sobre su propio cuerpo cada vez es mayor, así como de sus movimientos, primeras palabras e ideas que transmite, etc.Según cita la psicóloga Celia Lopez en un artículo de la Guía del niño, esta circunstancia está muy ligada a la necesidad del pequeño de mostrarse a sí mismo que ‘puede hacer cosas de mayores’. Se trata de un reto personal que todo infante experimenta de manera inconsciente a esa edad. Por ello es importante que, sin perderle de vista, le dejes disfrutar un poco de su espacio vital.
Algunos padres, según los especialistas, adoptan actitudes excesivamente autoritarias con los niños, desde que éstos últimos tienen uso de razón. Esto, más que sobreprotegerlos y hacer mella en su autoestima y seguridad de forma positiva, va a provocar un efecto adverso muy perjudicial para el niño.
Lo que se debe hacer, es mostrarse siempre firme y que el niño note la autoridad evidente de los padres, sin que ello implique que no pueda dirigirse a ellos con total confianza y seguridad. Los padres son responsables de los hijos, y aunque no pueden elegir el tipo de personalidad que éstos desarrollarán en la vida adulta, sí que les pueden condicionar positivamente reforzando, por ejemplo, su autonomía.
Principales cambios motores que tu hijo va a desarrollar:
Entre los 1-2 años
- Autonomía de los movimientos y sistema motor en general.- El niño puede quitarse alguna prenda de ropa, con ayuda paterna o materna.
- Coloca y recoge los juegos y juguetes.
Entre los 2-3 años
- Ya se puede vestir y desvestir, pero quizá lenta o torpemente.- Manejo de los cubiertos, vaso y platos con facilidad.
- Cuando tiene ganas de ir al baño, lo dice.
- Se queja ante el sueño, el hambre o el frio/calor.
Entre los 3-4 años
- Se puede decir que el niño comienza a ser autónomo en sus movimientos y tareas.- Se viste, desviste, lava la cara y los dientes, y controla sus esfínteres.
- Dice prácticamente adiós a la siesta.
- Aún así, precisa ser vigilado por un adulto.
El equilibrio y la mesura entre la sobreprotección y la pasividad, es la clave, según los expertos, para que tu hijo conquiste la autonomía debidamente. Aún así, no te guíes exclusivamente por estos pasos, pues son orientativos, ya se sabe que cada niño en el fondo, ‘es un mundo’ y hay que respetar su ritmo de crecimiento.