Los paseos por el parque, esa bicicleta que tanto querías y que de repente, tus abuelos deciden regalarte, esa tortilla de patatas que te encantaba (y que cada miércoles tu abuela se encargaba de que al llegar del colegio, estuviese recién hecha.) Los madrugones para ir a la escuela, tu abuela preparándote un desayuno express a la par que rico, para que no llegases tarde, esa historia de la adolescencia que siempre te contaba tu abuelo con la que te partías de risa...esas gamberradas que siempre te perdonaban... ''Abuela, no se lo cuentes a mamá, que se va a enfadar conmigo'' Tu abuela, nunca decía nada...
Los abuelos son mucho, mucho más que eso: son amigos, confidentes, compañeros, aliados... En definitiva, son pura magia.
Sin duda, constituyen un pilar esencial en la educación de nuestros hijos. Hoy en día, casi todos los padres recurrimos a ellos en cualquier momento; son un salvavidas en muchas ocasiones entre el trabajo, la casa y los compromisos. ¡Y por si fuera poco! transmiten a los pequeños experiencia, seguridad, cariño y tranquilidad.
Los niños que crecen con el referente de sus abuelos son mucho más felices tanto en su infancia como en su adolescencia y en la edad adulta, ya que les benefician en su bienestar psicológico. Los abuelos tienen más paciencia y menos estrés que los padres y les aportan un interés afectivo muy fuerte. Además, y es algo muy característico, tienden a corregir los errores que cometieron con sus hijos para no volver a hacer lo mismo con sus nietos. Además, son unos grandes conciliadores en el ámbito familiar y resultan ser de gran ayuda cuando se produce un divorcio o cuando hay un problema importante. A pesar de ello, debemos tener en cuenta que los padres no debemos abusar de ellos, porque su obligación no es estar siempre disponibles para cuidar de tus hijos.
El Instituto sobre el Envejecimiento de la Universidad de Boston ha comprobado que los abuelos que tienen una estrecha relación con sus nietos suelen padecer menos depresiones. Es importante que los abuelos no se sientan dependientes de la relación con sus nietos: el estudio ha revelado que si los nietos ayudan a los abuelos en las tareas del hogar, los mayores se sienten culpables. ¡Está claro! Para ellos es mucho más gratificante dar que recibir.
En este vídeo elaborado por Hirukide (Federación de Familias numerosas de Euskadi), podemos ver como, en realidad, aunque ya no tengan la agilidad ni las facultades que tenían cuando eran más jóvenes, el cariño y la entrega que nos aportan es enorme, y nos hacen mucha más falta de lo que ellos piensan.
¿Nos contáis qué os parece este vídeo y si el mensaje que transmite es real o cierto?