Publico este post con un poco de retraso, lo se, pero ha sido un mes de muchos cambios y muchas adaptaciones. Ahora es cuando parece que empiezan a surgir huequitos para dedicarle un poco de tiempo a compartir lo que estamos viviendo.
Este primer mes de vida de Telma ha sido muy intenso para todos, tanto para nosotros como padres, como para Olivia como recién estrenada hermana mayor.
Pero esa intensidad, lejos de tener connotaciones negativas, ha llegado cargada de sorpresas y buenos momentos (también ha habido momentos de pensar que nos vamos a volver locos, no todo es perfecto).
Cuándo me preguntan sobre la adaptación de Olivia y cómo se ha tomado la llegada de su hermanita siempre digo que ambas nos los han puesto muy fácil. Aunque la primera semana fue bastante dura y parecía que a Olivia nos la habían cambiado por otra niña porque nos retaba continuamente, todo cambió con la vuelta a la rutina y se “retransformó” en la Olivia de siempre. Quiero hablaros de este tema más en profundidad, pero creo que se merece un post aparte.
Telma también nos lo ha puesto muy fácil, este primer mes ha sido “comer y dormir” literalmente. Nosotros no sabíamos lo que era algo así y hemos alucinado con su tranquilidad. Olivia cuando nació era también muy tranquila, pero estaba más tiempo despierta, requería más brazos y era diferente.
Nunca hemos sabido lo que era que un bebé se durmiese “solo”, y con Telma ya lo hemos vivido varias veces. La dejas tumbada en cualquier parte, vas a hacer algo rápido y cuando vuelves te la encuentras dormida. Hemos flipado mucho con esto. Mucho, mucho.
Podríamos decir, que Telma duerme bien, como un bebé recién nacido que se despierta unas 3 veces por noche para comer y que aunque la mayoría de las veces, vuelve a dormirse sin problema, siempre tiene uno de los despertares nocturnos en el que se desvela y tarda 1 hora larga en dormirse. Nada de noches en vela, ni lloros infinitos y eso lo agrademos y mucho.
Telma pesó al nacer 4,010 Kg y midió 52 cm, un bebé grandote que a la salida del hospital se había quedado en 3,870 Kg. Este mes ha recuperado su peso más que de sobra y en la revisión del mes ya pesa 4,770Kg y mide 54,4 cm. Vamos, que la teta nos funciona de maravilla y ella es una tragona de primera. En esta ocasión también hemos optado por lactancia materna exclusiva, y de momento, parece que nos va bien y que además ha sido más fácil y mucho menos dolorosa que con Olivia.
Telma, de momento, tiene los ojos claros, de ese color característico de los bebés. Con el tiempo imagino que irá cambiando igual que lo hizo su hermana, aunque los de Telma son más claro de lo que en su día fueron lo de Olivia, que tiraban más a color violeta.
Si seguimos con las comparaciones (que a veces son odiosas, pero que en este caso son simplemente informativas) Telma es más morena que Olivia, tanto de pelo como de piel y aunque tienen un muy ligero parecido, ese “toque” de hermanas, sus rasgos son muy diferentes.
En conclusión: esta bimaternidad, de momento, está siendo relativamente fácil y miedo me da decirlo en alto, ¡no me gustaría gafarlo!. Veremos cual es la evolución de Telma durante su segundo mes (del que ya hemos vivido unos días y que nos ha traído algunos cambios).