La #HermanaMayor fue muy demandante en este aspecto pero el pequeñajo la supera. Es tan demandante que acaba agobiando a la supermami; no ya por el hecho de darle el pecho, sino porque en ocasiones se convierte en lo que llamamos un tetadicto. No atiende a razones; sólo atiende a la teta.
El problema radica ya no tanto en que mame o no mame, sino en cómo se pone si no se le puede dar o en que se podría estar enganchado durante toda su vida… Entendemos que la pueda necesitar por el vínculo creado, pero hay ocasiones en las que no se puede ser un chupete con forma humana. A su edad es capaz de mamar muy rápidamente, pero en determinados momentos del día puede estar indefinidamente enchufado...
Las situaciones más tensas se viven por la noche; como ya os hablé hace algún tiempo, no nos importa practicar el colecho. Tampoco es que lo pongamos a dormir directamente en nuestra cama, pero si quiere acabar durmiendo con nosotros no hay problema alguno. Al final la rutina para ir a dormir siempre es la misma: La súpermami le da el pecho al pequeño en nuestra cama; se duerme y lo lleva a la suya. A eso de las 00.00, minutos arriba o minutos abajo, se despierta. El primer paso es ir yo e intentar que vuelva a dormir; muchas veces le pongo el chupete y sigue durmiendo
El problema que vemos en todo esto es que no hay forma de calmarlo de ninguna otra manera. Esto pasa también en otros momentos del día, aunque con menos intensidad (supongo que al haber distracciones la cosa cambia). Es por todo esto por lo que lo llamamos TETADICTO.
Qué mejor que tomárselo con algo de humor, no?