Justo cuando la HermanaMayor ya no se despertaba y parecía que íbamos a poder dormir noches enteras de forma habitual (tras 3 años sin hacerlo salvo contadas excepciones) no se nos ocurre otra cosa que tener otro hijo.
Hace pocos días que el enano cumplió su primer añito... y nosotros nos hemos cargado en la mochila del sueño perdido otra temporada más de dormir fatal. No tanto porque le cueste dormirse (como le pasaba a la mayor), sino por las veces que puede llegar a despertarse.
Sabemos que la teoría -y nuestra experiencia previa- dice que los despertares son habituales hasta los 3 años (la HermanaMayor lo cumplió a rajatabla). Si no ando equivocado, juraría que el pequeñajo no ha dormido una noche entera en su corta vida. De todas formas, no pasa nada! Nosotros no vamos a forzarlo, ni a hacer ninguna barbaridad, ni a practicar el método
Hasta hace no mucho, cuando se despertaba por la noche la única forma de calmarlo que existía era darle el pecho (yo no, su madre), y aunque no pasa nada por ello (acaba en nuestra cama la mayoría de las veces que nos reclama), la supermami ya estaba en plan mombie (definicion aquí) porque tranquilamente puede tener más de 3 despertares durante la noche. Ahora, por suerte, hemos conseguido que se calme si voy yo... pero no funciona siempre. Muchas veces llora durmiendo y basta con tocarlo o acariciarlo, otras con cogerlo y darle el chupete para que se calme, otras en darle agua... Cuando no sirve nada de esto, nos lo llevamos a la cama y la teta hace el resto ¿Para qué estar pasándolo mal cuando podríamos estar todos durmiendo?
Como poca cosa podemos hacer para cambiar esta situación y es el muchachito el que la debe arreglar, nos iremos a dormir cada noche deseando que sea esa en la que haga el cambio. Lo mismo nos sorprende y es hoy cuando nos regala una noche ‘del tirón’.
¿Cómo lleváis vosotros esas pausas entre vuestros felices sueños?