Trastorno Negativista Desafiante: Algo más que Rebeldía
Todos sabemos que existen chicos y chicas más rebeldes que otros, que desobedecen, que dan malas contestaciones, que están muy irritables, que no cooperan, que se vuelven desafiantes, etc. La adolescencia como hablamos en otras ocasiones es un periodo en el que el chico y la chica están construyendo su individualidad, autonomía, independencia y personalidad; necesitan dejar de ser el/la “niño/a” y para ello rompen las normas que siempre le han impuesto sus padres para dejarse guiar por las suyas propias.
¿Esto significa que ese comportamiento es normal? hasta cierto punto. Para la psicóloga María Isabel Del Río López, en la mayoría de las ocasiones los chicos construyen su identidad e individualidad de adultos sin grandes complicaciones, hacen sus travesuras pero luego vuelven a ser los chicos de siempre.
Cuando hablamos de Trastorno Negativista Desafiante nos referimos a aquellos casos en los que la intensidad o la duración de ese comportamiento se hace insostenible para los que están a su alrededor, parece que pierden el respeto por todo y por todos. Si además existe una violación constante de las normas y de los derechos de los demás, tras los que no se siente remordimiento alguno hablaríamos de otro trastorno diferente, llamado Trastorno Disocial.
El trastorno negativista desafiante suele aparecer en varios momentos evolutivos, el primero, cercano a los 3 años y el siguiente, a partir de los 8 años hasta la adolescencia. Suele empezar de forma paulatina, al comienzo se limita al entorno familiar pero es habitual que con el paso del tiempo se produzca también en otros ámbitos, por ejemplo la escuela. Esto provoca grandes problemas en la familia, en la relación entre los padres, en los amigos… pero sin olvidar las consecuencias que también tiene para el propio adolescente: Baja Autoestima, Intolerancia a la Frustración, Estallidos de Ira, Ánimo Deprimido, Notas Bajas en la Escuela, Problemas de Adicciones…
Para el psicólogo especializado en niños y adolescentes en Málaga, en la Terapia Psicológica existen diferentes maneras de trabajar estos casos, podemos hacerlo a través del propio adolescente con el fin de averiguar qué factores son los que están manteniendo el problema y tratar las consecuencias emocionales que de este comportamiento se derivan; o bien trabajar con algún miembro de la Familia cambiando el patrón de interacción con el chico o la chica, ya que de algún modo éste está reforzando esta conducta y haciendo que se mantenga en el tiempo .