Mejor no visitarles en el hospital: tenemos que ser conscientes que por mucho que nos alegre un nacimiento no debemos convertirlo en una fiesta de fin de año. Normalmente comienzan a venir visitas y se va arremolinando gente en la habitación que cada vez comienza a hablar más alto. Conozco el caso de una amiga que cuando dio a luz se puso tan nerviosa que empezó a chillar y a echar a la gente de su habitación, claro que seguramente fuese lo más comentado entre la familia durante mucho tiempo.
Llame siempre antes de hacer la visita: a todos nos gustan las sorpresas..pero depende de qué tipo. Quizás a la reciente mamá no le apetece que se presenten todos los compañeros del equipo de fútbol de su marido para visitar al nuevo bebé. Además ahora cada vez dan el alta más rápido, así que puede ocurrir que nos presentemos en el hospital y los papás ya se hayan ido.
No vayas a visitar a un bebé si estás enfermo: es una cosa lógica pero nos puede ahorrar más de un disgusto. Cuando operaron a mi hijo de las anginas tuvo que estar en la UVI una noche. Allí conocimos a una pareja con un bebé que había cogido neumonía la primera semana de vida porque el papá estaba enfermo cuando el niño nació. Aunque algunos familiares se enfaden intentemos que las personas enfermas no vayan a la habitación.
No fumes antes ni durante la visita al bebé: en España esto se cumple a rajatabla en los hospitales y centros privados, pero puede que en otros países ésto no sea así. Ante todo tenemos que pensar en el bebé y en su salud.
No te eches demasiada colonia o perfume: esto no se muy bien porqué puede ser ¿algun@ me lo podéis aclarar?
Lávate las manos antes de coger al bebé: otra cosa necesaria que casi nunca se hace. Recordad bien cuando tuvisteis a vuestros bebés y vinieron los abuelos, tíos, primos, amigos etc. ¿cuántos de ellos se lavaron las manos?
No compares al bebé con otros bebés: es una de las cosas más recurrentes como tema de conversación tras un parto: “pues el de fulanita es más gordito, este es más bajito…” Las comparaciones perseguirán a nuestros hijos durante mucho tiempo pero debemos tener claro que cada uno es único y especial, y sobre todo que es nuestro hijo que es lo más importante. Así como no nos gusta que comparen a nuestros hijos, tampoco comparemos a los de los demás.
No critiques el tipo de lactancia elegido: tenemos que respetar ante todo la decisión de los padres, ya que ellos seguramente hayan valorado todas las opciones de lactancia y habrán elegido la que más se adapte a sus creencias y circunstancias. Al igual que respetamos una opción política o que seamos de uno u otro equipo de fútbol también deberíamos respetar este tipo de decisiones, aunque no estemos de acuerdo con ellas.
No insistas en coger al bebé y no le despiertes: ¿cuántas veces ha entrado gente que ha cogido el bebé en brazos mientras estaba dormido? Hay que pensar que normalmente nos quedamos un ratito y luego nos vamos. Quizás despertamos al bebé y le vemos con los ojos abiertos, luego nos vamos tan contentos porque le hemos visto despierto y dejamos a los padres con el “marrón” de dormirle otra vez y maldiciendo la hora en que llegamos.
Ofrece ayuda doméstica o cuidar a los hermanos: flores, bombones, frutas.. las mamás recibimos muchos regalos pero ¿quién se queda con los hermanitos mientras estamos en el hospital? Y luego en casa ¿quién va a la compra o hace la comida? Quizás nos vendría mejor algo como “vale por una siesta” o “vale por 2 horas libres”
No menciones nada acerca del físico de la mamá: cuando dí a luz de mi primer hijo mi suegra, nada más entrar en la habitación dijo “¡si parece que llevas otro bebé dentro! ¿cuándo vas a dar a luz otra vez? Prefiero ahorrarme los comentarios pero comprenderéis que lo que menos le apetece a una mamá que acaba de dar a luz es que le digan que parece Moby Dick.
No le visites después de las 8 de la tarde: cuando piensas que ya estás sola con tu bebé y el papá y te dispones a cenar tranquilamente…..¡zas! llega la visita “es que acabo de salir de trabajar” que hace que la cena se te quede fría. Lo peor es que suele ser gente que no tiene prisa y se quedan allí casi hasta el cierre.
La mamá necesita tranquilidad para dar el pecho: una de las escenas más dantescas que he vivido respecto a la maternidad fue cuando nació mi sobrina: mi hermana intentaba dar el pecho, la niña lloraba porque no se agarraba, y alrededor de ella la madre/suegra indicaban como se tenía que hacer y le cogían el pecho para intentar que la niña se agarrase; el padre/suegro miraba para otro lado, y de fondo, algunos familiares hablaban contándose sus últimas experiencias vitales. ¿Así hay manera de dar el pecho????
Si el bebé tiene hermanos dedícales atención: los hermanitos suelen sentirse desplazados, ya que su mamá tiene que ocuparse casi las 24 horas del nuevo miembro de la familia. En vez de colmar de regalos al bebé, podemos llevar alguno también para los más pequeños que en este momento seguramente no sepan lo que está ocurriendo.
Las visitas deben ser cortas: después de tener a mi primer hijo recibí muchas visitas, pero recuerdo en especial la de una amiga que se quedó más de dos horas “haciéndome companía” porque no tenía nada que hacer. Me contó lo que había hecho ese último año, los cursos que estaba haciendo, los chicos con los que había quedado.. y en otras circunstancias se lo hubiese agradecido, pero en esos momentos lo que quería es estar con mi bebé y descansar.
¿Y vosotr@s? ¿Tenéis alguna experiencia que recordéis de vuestra estancia en el hospital?
Aquí están los “Consejos para visitar a un recién nacido” del Hospital de Nens de Barcelona,
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