Esto ha sido para nosotros un proceso interesante y lleno de retos que nos animan día a día. Darnos cuenta de las cosas que tenemos es parte fundamental, porque todo lo de la casa debe aportarnos valor.
Nos dimos cuenta de que en nuestra casa tenemos productos de higiene, cocina, despensa, en el botiquín, que aparentemente eran de nuestra utilidad, pero al detenernos y ver los ingredientes utilizados en su elaboración !Oh sorpresa!
Parabemos y todos sus derivados, presente en un 90% de productos utilizados en el baño, sobre todo en los de belleza. Ampliamente asociado al cáncer, tumores y alteraciones a nuestras hormonas.
Fragance o parfum, prácticamente incluido en la mayor parte de los productos que utilizamos, perfumes, colonias, detergente, jabones, cremas, un largo etcétera. Bajo esta etiqueta se encuentran elementos sintéticos tóxicos que las empresas no revelan. Causante de alergias, asma, intensos dolores de cabeza, cáncer y afecta el sistema reproductivo.
El silicato de magnesio, que no es otra cosa que los polvos de talco, relacionado directamente con el cáncer de ovario.
Estos y otros componentes altamente tóxicos para nuestra vida y la del planeta. Una bomba en cada uno. Una casa simple convertida en un campo minado.
Los ingerimos, los olemos, los aplicamos en nuestro cuerpo. Aproximadamente 26 segundos son necesarios para que algo (natural o no natural) aplicado en nuestra piel, pase a nuestro organismo por medio de la sangre.
Tóxicos para nuestro bebé, un chiquito que apenas se va adecuando a nuestro mundo, bombardeado desde su nacimiento por innumerables productos en cuyo marketin se nos venden como “adecuados“ y sin embargo en su elaboración se han utilizado sustancias peligrosas, que atacan su organismo debilitando sus defensas naturales.
Nuestra casa simple debe albergar solo aquello que nos haga gozar de un auténtico bienestar físico e interior.
De aquí que nos proponemos:
Revisar detenidamente lo que tenemos en casa y lo que entramos a la misma, sus ingredientes y si han sido elaborados de manera responsable.
Sustituir los productos que contienen tóxicos por productos amigables con el planeta.
Ingerir, aplicar y utilizar solo lo necesario para nuestro cuerpo y la casa.
Son los tóxicos los que van haciendo de nuestro cuerpo, de nuestra casa, de nuestro planeta una bomba de tiempo. En nuestras manos aun sigue estando la posibilidad de reducir el impacto de detonación.
Y al final nos damos cuenta que lo que teníamos en casa era aquello que habíamos comprado, las empresas no nos obligan, entonces nosotros decidimos.
Si gustas seguir indagando sobre este y otros temas relacionados, no dudes en contactarnos o aquí te dejamos algunas referencias:
www.ewg.org/
www.greenfacts.org
¡Te esperamos en los comentarios!
Un abrazo, con el corazón en la tierra y a caminar.