En el último post hablamos de la necesidad de poner 'medios o remedios' a las rabietas infantiles, tan comunes en los niños cuando rondan los 2 años de edad. Esperando que os hayan servido, o al menos orientado un poquito, hoy quiero continuar con otro post, esta vez, orientado, directamente, a hacer sentir bien a vuestros hijos: su felicidad.
¿Cómo convertir a tus hijos en niños felices? ¿De veras tiene tanto que ver la labor materna y paterna en que los niños estén más contentos y tengan una actitud más positiva? Por supuesto que sí. De hecho, os puedo adelantar, que leyendo sobre este tema, os sorprenderíais de todo lo que está en vuestra mano como papás.
Un poco de contexto sobre las claves para hacer felices a tus hijos cada día
Elsa Punset, escritora y filósofa española, suele decir, cuando le preguntan sobre cómo fomentar la felicidad en los peques: ''Los niños no necesitan ser James Bond para ser felices''. Ella afirma que, precisamente, demostrar la magia de lo cotidiano, es la clave para acertar con los niños. ¿Qué os sugiere esta frase? A priori, parece que algo básico: y es que los niños necesitan poco, muy poco para ser felices. Así que, no está de más 'dar con ello', ¿no creéis?.
Antes de comenzar estas claves para hacer felices a tus hijos cada día , me parece interesante recalcar algo: y es que, como bien señalan los pedagogos y psicólogos infantiles, ''que no recaiga en los padres todo el peso de la felicidad de sus hijos, ni toda la responsabilidad, si esto no ocurre'. Es una premisa básica y un punto de partida, en la crianza de los niños. Muchos padres caen en el error de fustigarse continuamente con la idea de que son los únicos responsables del estado de ánimo de sus hijos.
Pero volvamos al tema que nos ocupa, la felicidad en términos generales y más concretamente, qué podéis hacer vosotros para que vuestros hijos sean felices.
Aunque resulte una obviedad, tened claro que, para vuestros hijos, va a ser muy condicionante veros 'bien' . Esto no significa que emuléis un estado anímico absolutamente desproporcionado y forzado, pero sí que es interesante que cuidéis, las formas entre vosotros y para con vuestros familiares, que dediquéis palabras cariñosas, aunque os cueste, y que expreséis y seais lo más asertivos posible.
¡Sois el principal espejo en el que se miran vuestros hijos!
¿Cómo asentar bases para un ambiente feliz?
Los psicólogos hablan de 'cimientos'. Imaginad vuestra casa ideal. Antes de construirla, hay que ponerse en contacto con arquitectos. Y antes de poner 'la primera piedra o baldosa' como suele decirse, hay que asentar unos cimientos ¿verdad? Ahora extrapolad este ejemplo a la felicidad de vuestros hijos. Sin un ambiente o contexto propicio para que sean felices, sencillamente, no pueden desarrollar ese sentimiento.
-Lo primero de todo es darles apoyo y proporcionarles amor, en todas las formas que podáis. Aquí conviene hablar de lo que llamamos inteligencia emocional. La capacidad de expresar emociones relativas a nuestros estados de ánimo, con nuestros semejantes. Hay que ponerse las pilas. ¡Os dejo algunas notas sobre por qué es importante este punto! Autoestima, refuerzo positivo y apego, son conceptos que se ponen de manifiesto en este punto.
-Dedicarles tiempo. Es imposible, de entrada, establecer lazos afectivos con tus hijos que propicien esa felicidad, si no les vemos, si apenas pasamos un rato al día con ellos. Es cierto que tal y como está la vida estipulada actualmente, es muy difícil coordinarse, pero recordad siempre que hay que priorizar. El trabajo es importante, pero tus hijos lo son más.
-Comprender la evolución de su comportamiento. Un gran error de muchos papás es creer que los hijos permanecen inmutables al paso del tiempo y que 'siempre deberían ser igual'. Las actitudes de tus hijos cambiarán durante su desarrollo, es ley de vida. Primero serán seres muy apegados a vosotros, totalmente dependientes, en torno a los 2 años, con las rabietas, su comportamiento cambiará radicalmente. Más tarde, volverán a manifestar otras conductas...Y así sucesivamente.
-Comunicarse abiertamente con ellos. Que sean niños no significa que no sean personas capaces de transmitir lo que les gusta o no les gusta. Igualmente poseen opiniones y merecen ser escuchadas y respetadas, aunque condicionadas por su carácter inmaduro. Comunicarse, también implica hacer cosas juntos: el juego vuelve a ser vital en este apartado. Y es que es la mejor forma de compartir unos minutos al día, fomentando su creatividad en todo momento. Que te sientes a jugar al lado de tu pequeño no es sólo un acto más dentro de tu tarea de ser madre o padre. Es un acto de generosidad y de empatía, y no tengas duda de que él lo valorará y lo recordará siempre. ¿A que merece mucho la pena?
Actos que le harán (más) feliz
Ahora que más o menos hemos establecido las bases para el contexto ideal, pasamos a la acción. He aquí una recopilación de pautas que podéis seguir para fomentar la felicidad en los peques. Son más concretas, como podéis leer:
-Esforzarnos en dar las gracias, pedir las cosas por favor y decir otras palabras gratificantes y positivas a lo largo de los días.
-No etiquetar. Evitar los estereotipos y las frases hechas con tus hijos.
-No dramatizar. Una actitud exagerada es negativa y pueden creer que es lo 'normal'.
-No seas su mejor amigo ni amiga. Tampoco excesivamente autoritario. Has de mantenerte en el término medio.
-Aprende a decir ''no''. Justificar tu respuesta puede ayudarle a comprender por qué las cosas deben hacerse de 'x' manera.
-Deja que juegue, que baile, que ría, que se manche, que se canse...es un niño. Con todas las consecuencias.
-Ponle límites. Darle libertad no implica despreocuparse.
-Prémiale de vez en cuando. Es tu hijo y ¿quién mejor para consentirle, en algunas ocasiones?
-Dile que le quieres. No sólo hay que demostrarlo. Los niños interpretan muy bien un 'te quiero'. Les otorga confianza y les hace sentirse más seguros y protegidos.
-Respeta que, ante todo, es un niño. Y , por esta razón, no podemos exigirle demasiado.
Con todas estas herramientas, y por supuesto, con ese gran amor incondicional que os caracteriza, será más que suficiente para poner en práctica el camino de la felicidad, junto a tus hijos.