¿Has oído hablar de la crisis de pareja con el primer hijo? El nacimiento del primogénito es un acontecimiento que evoca una gran alegría y plenitud. Pero también es cierto que despierta una gran cantidad de emociones, intensas todas y no siempre fáciles de gestionar. Y un sinfín de nuevas cosas a negociar. El paso de ser una pareja a ser pareja y padres a la vez no siempre es fácil. Por eso en este artículo te traigo los 7 cambios que puedes esperar y soluciones prácticas para poder afrontarlos.
Crisis de pareja con el primer hijo: los 7 cambios que puedes esperar
El cambio en tu vida y en tu relación de pareja es inevitable
Si alguien te cuenta que tener un hijo no tiene ningún impacto sobre la relación de pareja, no está siendo sincero. De repente este bebé y todas sus necesidades de afecto, de alimentación, de higiene, de sueño… se convierten en el centro de vuestras vidas. Y ya nada volverá a ser igual.
Pero es que además tu papel en tu vida también puede cambiar en muchos aspectos. Y tus objetivos vitales. De trabajar a no trabajar o a trabajar menos. De estar muchas horas fuera de casa a estar muchas horas en casa. De poder decidir lo que haces en cada momento a depender de tu bebé para moverte. De poder buscar compañía cuando la necesitas a encontrarte sola en muchos momentos… De soñar con ir a vivir a la otra punta del mundo a no querer coger un avión. De aspirar a hacer crecer tu empresa a valorar el tiempo libre para estar en familia como oro en paño.
Solución: Reconoce que la maternidad no es como en los cuentos de hadas. Permítete sentirte frustrada, sobrepasada, triste, rabiosa y todo lo que haga falta. No te avergüences de tus sentimientos encontrados, de tus contradicciones ni de tus ambivalencias. La cara oscura de la luna existe y no va a desaparecer porque no te guste. Y tú papá, alíate con esta montaña rusa. No intentes razonar porque por ahí no vas a convertirte en el apoyo que ella necesita. Escucha, acepta y reparte abrazos cálidos tan a menudo como hagan falta.
Tu pareja a momentos te resultará insoportable
El nacimiento del bebé desencadena una serie de sensaciones y emociones que quizás no esperabas. Las investigaciones que se han realizado nos dicen que el 67% de las parejas, se muestra más infeliz con su relación durante los 3 primeros años de la vida de su hijo o hija. Solo el 33% estaban claramente contentos y de ahí que hablemos de crisis de pareja con el primer hijo.
Durante el primer año de vida de vuestro hijo, la intensidad y la frecuencia de vuestros conflictos va a aumentar. Serán muchos los momentos en los que os miraréis el uno al otro y veréis a un extraño. Y en cierta forma, os tendréis que volver a “conocer”. Y en ese proceso habrá días en los que no os “gustaréis”. Pero ¿cómo me puede gustar una persona que come mientras da pecho y deja que las migas caigan sobre el bebé? O ¿cómo puede enamorarme de un hombre capaz de seguir durmiendo mientras nuestro hijo llora desconsolado?
En estas situaciones las mujeres son más capaces de entenderse entre ellas. Este hecho junto con la creencia de que las mujeres saben mejor que los hombres cómo manejar a los bebés, hacen que muchos hombres se sientan desplazados. O que tengan muchas dificultades para encontrar su lugar.
Solución: La conexión emocional entre vosotros es fundamental para que la familia funcione. Si ves que a tu pareja le está resultando difícil encontrar su lugar entre tu bebé y tú, hazle sitio. Déjale al bebé para que lo calme, anímale a que lo bañe y déjales a solas para que intimen. Aparca las críticas y anímale a participar y sobre todo transmítele tu confianza.
El trabajo se multiplica por 100
Si llevabais ya tiempo conviviendo, ya sabéis cómo gestionar juntos una casa. Os habéis enfrentado a las mil tareas domésticas y todas las gestiones que las acompañan. A vuestro ritmo y según vuestra disponibilidad.
Pero ahora es como si tuvierais un nuevo “jefe” mucho más exigente. Un bebé que ensucia la ropa a un ritmo frenético. Que cuando tiene hambre o frío o lo que sea, debe ser atendido de inmediato. Que come muy a menudo. Que echa cabezaditas cortas que nos dejan tiempo suficiente ni para ir al baño en condiciones… Y muchas cosas más.
Y es posible que tengáis una perspectiva muy diferente de todo lo que hay que hacer, del quién, del cuándo y del cómo. Es muy probable que todo lo que hay que hacer en casa pase a ser motivo de fricción cuando nunca antes lo había sido.
Solución: Si tenéis posibilidad de tener ayuda extra, pedidla y aceptadla. Quizás tenéis a vuestra familia cerca con ganas de echar un cable o quizás ha llegado el momento de buscar un apoyo en la limpieza o en otras tareas de casa. Uno de los factores que explica la crisis de pareja con el primer hijo es que los dos estaréis trabajando muchísimo y probablemente ninguno de los dos os sentís reconocidos. Acordaos de animaros y agradeceros el esfuerzo el uno al otro.
Los abuelos y el resto de la familia
Mientras habéis sido novios o habéis estado conviviendo sin hijos, las relaciones con vuestras familias pueden haber sido fáciles de gestionar. Pero a partir de que aparece un nuevo miembro en la familia, los abuelos, tíos, primos etc. pueden aparecer pidiendo mayor protagonismo.
Si los dos estáis de acuerdo en el espacio que deben tener, genial. Pero si no lo estáis, este aspecto puede ser una fuente muy importante de conflicto. Quizás tú te sientes feliz de tener a tu madre cerca y en casa todo el día pero tu pareja se siente invadido por su presencia. O al revés, sientes que la familia de tu pareja está demasiado presente y en cambio a la tuya se la rechaza.
Solución: El paso más complicado es que vosotros dos os pongáis de acuerdo en el papel y el espacio que queréis que tengan vuestras respectivas familias. Una vez logrado este acuerdo, va a ser más fácil que se respete si cada uno se ocupa de explicar las “normas” y de poner los límites, tan a menudo como haga falta, con su propia familia. Si no lo lográis, la crisis de pareja con el primer hijo puede durar y mucho.
El sexo, ¿qué era el sexo?
Para la mayor parte de parejas, la llegada de un bebé supone un cambio en el ritmo y la frecuencia del sexo, al menos durante los primeros meses. Y la explicación no solo tiene que ver con el cansancio, la falta de tiempo o la falta de energía. Después de dar a luz son muchas mujeres que notan una reducción de la libido. Según cómo haya ido el parto, el miedo al dolor puede aparecer. Que tu pareja se haya convertido en una madre o un padre, a veces supone también que pierda parte de su atractivo sexual. O quizás tu misma tampoco te ves tan atractiva como antes.
Pero estos cambios son temporales. Poco a poco podrás dejar de mirar a tu bebé a todas horas para volver a prestarte atención a ti misma y a tus necesidades y recuperarás el deseo.
Solución: Acepta que en las mujeres esta caída en el deseo sexual es muy frecuente durante los primeros meses. No tienes un problema sin solución ni vuestra relación no está al borde del abismo. Simplemente estáis atravesando un período en el que el sexo no es la prioridad. Pero no hay mal que cien años dure…
Tiempo para vosotros
Cuando atiendo parejas en terapia de pareja en Barcelona, muchas veces les pregunto cómo lo pasan bien juntos. Y si tienen hijos me empiezan a hablar del tiempo que pasan en familia. Pero una cosa es el tiempo en familia y otra cosa es la vida en pareja. Sin olvidar el espacio personal que podáis necesitar o del que dispusierais para hacer deporte, salir separados o para vuestras aficiones e intereses.
Para mantener la conexión emocional de la que os hablaba más arriba, necesitáis que exista un espacio para vosotros dos como pareja.
Solución: Debéis reservaros ese espacio para hacer algo juntos, solo para vosotros. Aprovechad que siempre hay alguien cerca con ganas de hacer de canguro aunque sea por una o dos horas y salid. Eso sí, tendréis que pactar que este rato a solas incluya una conversación que ¡no tenga nada que ver con el bebé! Y pensad también en tener ratos separados de la familia. Al inicio puede ser más estresante la organización pero con el tiempo os va a ser más sencillo recuperar algunos de vuestros espacios.
Vuestros estilos a la hora de ejercer como madre / padre
Es probable que hayáis tenido miles de conversaciones sobre cómo vais a educar al bebé una vez salga de la panza. Seguramente estáis de acuerdo en buena parte de la filosofía en cuanto a cómo hacerlo. Pero del dicho al hecho hay un trecho y si algo tienen en común los padres recientes, es la cantidad de cosas que hace que se habían prometido y reprometido que no harían nunca.
¿Qué hacéis cuando llora?: ¿lo cogéis enseguida?, ¿o lo dejáis llorar un poco?
Y a la hora de acostarlo ¿le dejáis que se duerma en brazos? ¿duerme con vosotros? ¿le enseñáis a dormir solo?
¿Cómo os organizáis? ¿Sois estrictos con los horarios? ¿O vais a vuestro ritmo y dejáis que el niño se adapte?
Mil frentes abiertos que seguramente no habíais ni imaginado y que pueden generar intensos y acalorados debates. Otra fuente de la que se alimenta la crisis de pareja con el primer hijo.
Solución: Daros margen para equivocaros. Ninguna de las decisiones que toméis hoy va a marcar a vuestro hijo para siempre. Podéis probar una forma de actuar y ver si os sentís cómodos con ella o no. Y si es que no, podéis probar una forma distinta. No nacemos enseñados, así que daros el tiempo de ir descubriendo vuestro estilo como padres y de ver cómo complementar vuestras diferencias.
Y hasta aquí este artículo sobre la crisis de pareja con el primer hijo. Es muy probable que te hayas sentido identificada o identificado con varios de los puntos que he tratado. Darte cuenta de lo que está sucediendo es un buen punto de partida para poder manejar con éxitos estos momentos difíciles. De todas formas, si ves que en algún momento os atascáis y necesitáis ayuda profesional, no dudes en contactarme. Puedes escribirme haciendo clic aquí.
.