A veces resulta muy difícil de detectar cuando un niño tiene problemas de visión y necesita llevar lentes. Es importante tener en cuenta que la visión del niño llega a su madurez en torno a los ocho años, por lo que es muy importante controlar y vigilar la vista de los pequeños para intentar que, llegados a esa edad, dispongan de un buen desarrollo visual, ya que superados los ocho años, no se podrá corregir.
Además, es muy importante que, durante los primeros meses, que es cuando empiezan a desarrollar su visión, les incentivemos con la ayuda de objetos, imágenes, colores o fijando nuestra mirada en la suya. Por eso principalmente hay que instruirse acerca de los trastornos en la visión del niño.
¿Cómo se desarrolla la vista en un niño?
El sentido de la vista se va desarrollando poco a poco durante los primeros ocho meses de vida del bebé. Esto no significa que cuando nacen sean invidentes, su ojo está perfectamente desarrollado, el problema es que aún su cerebro no es capaz de realizar el proceso de ver e identificar lo que está viendo.Al nacer, el bebé tendrá una visión borrosa que distinguirá débilmente formas y luces. Así, poco a poco el niño aprenderá a enfocar, por lo que será común que durante el primer mes se produzcan desviaciones en sus ojos (esto se puede dar incluso hasta el tercer mes). Así, en este mes, el pequeño comienza a seguir con la mirada objetos que se encuentran dentro de su campo visual.
Durante los siguientes meses el bebé comenzará a procesar la información sobre lo que está viendo. Lo primero será comenzar a distinguir los colores de tonos parecidos, a lo que seguirá (en torno al cuarto mes) la percepción de profundidad. A partir de este momento, el pequeño ya comenzará a fijar la vista en los objetos e interactuar con ellos.
Finalmente, entre el quinto y el octavo mes de vida, empezará a entender los objetos en todo su conjunto, desarrollará por completo la diferencia entre colores y, alcanzado el octavo mes, tendrá una visión más o menos desarrollada.
¿Qué tipo de anomalías suelen ser habituales?
Hipermetropía: Este problema consiste en que, aunque se ve bien de cerca y de lejos, no se es capaz de enfocar bien. Esto conlleva a un cansancio y, por lo tanto, al desarrollo de un carácter en el niño más inquieto y con dificultad para concentrarse.Este tipo de trastorno no aumenta con la edad y, con la ayuda de un especialista, es posible corregirlo reeducando la vista mediante el uso de gafas, en la mayoría de los casos.
Estrabismo: En algunos casos, el estrabismo es un problema de nacimiento, aunque es más habitual que aparezca en torno a los dos años. Suele ser más habitual en niños con hipermetropía o que tienen los ojos desiguales. Para corregirlo, se intenta conseguir el paralelismo entre los ojos, la utilización simultánea de ambos y la recuperación de la agudeza visual, por lo que es necesario un exhaustivo control. Normalmente, este problema se cura con lentes o un parche, pero si es congénito, deberá recurrirse a cirugía.
Miopía y astigmatismo: la miopía es un trastorno que consiste en mala visión de lejos y buena de cerca. El astigmatismo, por su parte, se debe a una mala curvatura del ojo lo que conlleva enfocar mal objetos cercanos. En ambos casos, la solución es el uso de gafas y su primer síntoma son los dolores de cabeza.
Ambliopía: Este problema consiste en una disminución de la agudeza visual de alguno de los ojos y suele ser habitual en niños con problemas de visión como miopía o astigmatismo. En muchos casos no se detecta, aunque es muy fácil hacerlo desde casa. Solo tenéis que tapar al niño primero un ojo y luego otro, y observar como se defiende con cada uno.
Es muy importante detectarlo y corregirlo porque, en caso contrario, el cerebro podría dejar de utilizar uno de los ojos. Además, el tratamiento es muy sencillo, pues se soluciona simplemente con el uso de un parche (siempre después del primer año de vida).
¿Cómo podemos detectar estos síntomas?
Lo fundamental es acudir a revisiones con el oftalmólogo desde los primeros años de vida. Desde el primer año de edad, ya se puede realizar test o estudios para evaluar su desarrollo visual. Sin embargo, hay algunos 'síntomas' que podemos apreciar en casa, y que pueden ser un signo de algún problema visual:
- El niño se queja de visión doble o dolores de cabeza.
- El niño parpadea demasiado, tiene los ojos rojos, presenta descamación de la piel entre las pestañas o le salen orzuelos de manera habitual.
- Se sale de las líneas cuando está haciendo los deberes.
- Le cuesta mantener la concentración o prestar atención.
- Se cansa fácilmente de escribir, dibujar.. Aunque después de dejarla vuelve otra vez a la misma actividad.
- Superados los seis meses (hasta ese momento es habitual) tiene desviaciones en los ojos, guiña los ojos cuando fija la mirada o inclina la cabeza cuando tiene la atención puesta en algo. En este caso, es posible que el pequeño sufra estrabismo.
- Si se acerca mucho al televisor o al papel cuando está escribiendo o dibujando también puede ser un síntoma, aunque en este caso, es mejor fijarse en otros signos porque el acercarse demasiado suele habitual en todos los niños.
Agradecimientos: al catedrático de oftalmología Jorge Alió y Sanz, al Instituto de Oftalmología La Arruzafa, a la web Pediatra al día y al doctor el pediatría infantil Pedro Barreda. Fotografías de Mezzmer, Ehow y MYI Occlusion eye patches