Siempre he visto la Navidad como una época muy especial para los niños y, ahora que soy madre, poco a poco está visión se está cumpliendo. Aunque I es todavía muy pequeña, este año ya comienza a ver que hay algo fuera de lo habitual: no va a la guardería, sus padres no paran de llevarla de una casa a otra donde siempre hay más gente de la habitual y, para colmo, se convierte casi siempre en el centro de atención y recibe regalitos. Así que se siente como la reina del mambo y lo nuestro nos va a costar que vuelva a la normalidad pero mejor no pensar en eso ahora, jajaja.
Hoy os traigo 5 cosillas que he descubierto estas Navidades con mi hija a ver si coincidís conmigo o si tenéis algunas otras cosas que os hayan sorprendido en vuestros casos:
1) Consejos de todos.
En realidad creo que esto fue algo más exagerado el año pasado cuando nuestra hija tenía unos 4 meses y todo el mundo nos veía como unos padres novatos a los que aconsejar (aunque nadie les pidiese consejo). Este año, se ha limitado a algún, pero aún tienes leche? porque aún le doy el pecho a mi hija pero poco más.
Os preguntareis que ha pasado de un año al otro verdad? ¿Ya no somos novatos? Bueno, sigue siendo la primera así que me imagino que sí que seguimos siéndolo ¿no? Entonces ¿Hay algún otro nacimiento? Pues tampoco, nuestra I es la más pequeña de la familia.
¿Entonces? Pues mi teoría es que hemos desconcertado un poco a la familia. Resulta que no estamos siguiendo los esquemas habituales así que tengo la impresión de que no saben cómo aconsejarnos porque en realidad, no saben por donde vamos a ir. Me explico, el año pasado, nos dieron una charla sobre las papillas: por donde empezaríamos, lo que podía pasar,... pero resultó que nosotros decidimos no dar papillas así que nada de esto nos resultó útil. También nos hablaron del sueño del bebé pero nos desmarcamos de Estivill (era lo que nos ofrecían) y hemos buscado nuestro propio camino y nos hablaban del uso del chupete porque "todos los niños hacen pipa" pero en nuestro caso no fue así y I nunca ha llevado chupete. Tengo la impresión que como no tienen claro nuestro camino, han decidido no aconsejar (cosa que agradezco).
2) Competición de abuelos.
Esto es algo que me parece especialmente gracioso. Es algo que solo se da en mi familia ya que en la familia de papi arcoíris no hay más niños. Por mi parte, hay una niña 8 meses mayor que I, hija de mi prima y lo que hemos descubierto cada vez que se reúnen ambos pares de abuelos es que se da una competición sobre qué niña hace más cosas. Por supuesto, cada niña es distinta, cada família tiene su propio estilo de crianza y para rematar, hay 8 meses de diferencia entre una y otra que, en niñas de 1,5 y 2 años, es como decir que hay un mundo pero ellos, dale que te pego a presumir: la mía bebe sola pues la mía canta; la mía pone la lavadora (parece exagerado pero esta es I y os aseguro que es cierto), pues la mía friega el suelo;... Esto acompañado muchas veces por las sonrisitas medio incomodas, medio "me estoy aguantando por lo ridículo de la situación" de nosotros, los padres de las criaturas.
3) Azúcar por todos los poros.
Que sí, que ya se que Navidad es una época de excesos para todos pero es que con esto de que la niña come de todo se nos complica decir a la gente que no le de tanto chocolate o que no le de dulces (al menos tantos). Y el problema no sería tan grave si no fuese porque después su exceso de azúcar lo pagamos nosotros. Que sí, que no os penseis que soy un ogro quisquilloso, que dejo que la niña coma chucherías, chocolate e incluso dulces de Navidad pero tampoco hay que pasarse y un paquete de chocolatinas me parece excesivo para una noche.
4) Cambio de horarios.
Que si un día comemos a las 12, al siguiente a las 3 y al otro a las 2; que si hoy duermo la siesta antes de comer y mañana después; que si pico algo antes de la hora de la comida y luego como igual pero no meriendo porque hay sobremesa hasta las 4 y para rematar, que si un día me duermo a las 9 y media y al siguiente a las 12. Si es que esta niña ya no sabe ni a que hora ha de dormirse, ni sabe si quiere o no dormir siesta ni casi sabe ni donde está. A esto que es tan propio de las Navidades, hay que sumar que, al no tener guardería, no tiene ninguna referencia de horarios, que su padre ha comenzado a trabajar y no tiene el horario pillado y que yo, al trabajar con niños, también he cambiado mis horarios porque los niños no tienen colegio. Conclusión: Tenemos a una niña completamente descolocada que no quiere dormir siesta y por la noche le cuesta dormir, que come de aquella manera y que mientras su madre trabaja por la mañana, tiene a alguna de sus abuelas de cuidadoras.
Otra cosa que nos ha traído la Navidad con niños pequeños es que ha cambiado el horario de las comidas/cenas así que noche buena se ha convertido en "mediodía buena", las comidas que antes eran a las 3 ahora empiezan a las 2 y las cenas que eran a las 22, ahora son a las 21.
5) Regalos, juguetes y reorganización.
Vale, reconozco que he pecado de ilusa pero no se me había ocurrido pararme a pensar seriamente en todos los regalos que recibiría I. Que yo contaba con los reyes pero se me olvidó el Tió y Papá Noel y parece que he sido la única.
El Tió es una tradición catalana en que los niños dan golpes a un tronco de madera para que les "cague" regalos y dulces. Es el primer año que nuestra pequeña era consciente de esta tradición y se lo tomó muy en serio, que vaya paliza le pegó al pobre Tió.
Total, que entre una cosa y otra, nos hemos juntado con varios regalos extra y encima, alguno repetido (que ya es tener tino la verdad porque no eran juguetes de moda). Así que luego nos ha tocado ver qué hacíamos con todos estos juguetes.
6) Manualidades para todos
Bueno esto es culpa básicamente mía. Lo que pasa es que me gustan las manualidades y encima, creo que las Navidades dan para ello. Así que para preparar los regalos de reyes, la decoración de la casa,... me he liado a hacer manualidades y algunas que se han quedado en el tintero pero que ya se verá para otro año.
7) Para cuando ampliar la familia?
Bueno esto no es que sea propio de Navidades pero claro, es algo típico de las reuniones familiares y parece ser, que ahora que nuestra pequeña tiene un año, ya empezamos a oír la preguntita del millón para ver cuando aumentamos la familia.
Estas son las cosas que nos están dejando a nosotros las Navidades, seguro que me dejo algo pero bueno. Y a vosotros, ¿Qué os están dejando estas Navidades?
Por cierto, que este año promete en cuanto a proyectos y acontecimientos. Daremos la bienvenida a unos cuantos bebés que ya tengo ganas de conocer y además, tengo algún proyecto en el candelero que espero poder explicaros pronto. Espero que para todos vosotr@s sea también un año fantástico.