Comenzamos mes, y lo hago para actualizar la última situación de los herederos, la de Primogénito. Qué decir que no haya dicho, la verdad, es que en estos últimos meses y a pesar del Brexit y esos negros augurios de algunos, para nervio de Padre de las criaturas y mío, bueno y de abuelos, tíos, hermanas y hasta primos, todos preocupados por si nos ponían al niño en la frontera con un cartelín de "Devuelto a origen". Pues él nada, tan tranquilo, oye, como si el Brexit no existiera, vamos que según sus propias palabras "nada va a cambiar para mí, yo llevo aquí muchos años, he estudiado mi carrera aquí y ya llevo tiempo trabajando con contrato, tengo un sueldo curioso, no hay nada por qué preocuparse".
Por lo que poco o casi nada ha cambiado en la vida de Primogénito. Sigue su vida por la Pérfida Albión, trabajando, con contrato fijo (claro que allí el tema despidos es cuasi libre, así que da igual el contrato) contento, pero con ambiciones.
Os preguntaréis ¿eso en qué se concreta? pues que al contrario que en este nuestro país, esperemos que cambie pronto, allí ofertas de empleo haylas (no como las meigas que haberlas haylas pero hay que encontralas) y buenas y muchas, así que ha decidido que va a enviar curriculums, por eso de subir de status, pues en su empresa para ascender debería de trasladarse de lugar y, aunque eso no le importa demasiado, va a ver si puede encontrar ese ascenso en otra empresa y en el mismo lugar. Y en ello anda. Así que variaciones pues no muchas.
De momento sólo hay que decir que ¡¡¡ya tiene los billetes para Navidad!!!, viene el mismo día de Nochebuena por la tarde, creo que la llegada es como a las 19.30, así que estaremos atacados de los nervios por cualquier imprevisto, retraso, etc, que pueda acontecer. Lo bueno es que un año más, pasa todas las Navidades en casa, ya que no se marcha ¡¡¡hasta el 7 de enero!!!, sé que algún año llegará, que se tenga que marchar sin pasar todas las Navidades en casa, pero de momento, y ya son muchos años fuera, vamos librando. No os podéis imaginar la ilusión que me hizo cuando dijo que no trabajaba hasta el día 9. Otro año más celebraremos los Reyes como Dios manda, sí señor. Claro que, todo a costa de que el niño no vino en verano, más que cuatro días en septiembre, pero, su "sacrificio" valió la pena.