Tengo la fortuna de tener amigas que son como hermanas, han sido para mí guía, consuelo, lecciones aprendidas, risas, lágrimas, apoyo, hermanas espirituales. Ha sido un gran regalo su amistad y tenerlas en mi vida, las valoro cada vez más, sobre todo cuando nos encontramos con los falsos amigos. Estamos expuestos en un mundo de relaciones superficiales y desechables. Cualquier relación afectiva y profunda se basa primero en una amistad sincera y virtuosa, por lo que es indispensable tener y saber SER buenos amigos, en muchas ocasiones suele ser una hermosa familia extensa. Del libro de las virtudes de William J. Bennett detalla así la amistad:
Un amigo es algo más que un conocido, y la amistad supone algo más que afecto. La amistad suele surgir de intereses y metas comunes, y esos propósitos se fortalecen con los impulsos benignos que tarde o temprano generan. Las exigencias de la amistad -franqueza, apertura, capacidad de tomar las críticas de los amigos tan seriamente como sus expresiones de admiración o elogio, la lealtad y asistencia al punto del autosacrificio- son potentes estímulos para la maduración y el ennoblecimiento moral. Hay relaciones que no merecen la calificación de amistad pero que aun así ostentan ese nombre. En nuestra época, cuando a menudo resulta tan fácil establecer relaciones informales, y cuando la intimidad es tan precipitada y barata, es preciso recordar que la amistad genuina requiere tiempo. Se requiere un esfuerzo para entablarla y trabajo para mantenerla. La amistad es algo profundo, mas aún es una forma del amor. Todo padre sabe que la elección de amigos es fundamental para los niños. Las amistades de la infancia indican a los padres el rumbo que siguen sus hijos. Son importantes porque los buenos amigos elevan, y los malos amigos disminuyen. Las amistades de nuestros hijos son importantes. Y también son importantes, como ejemplos para ellos, nuestras amistades. Nuestros amigos deben ser aliados de lo mejor de nosotros; debemos enseñar a los niños a reconocer las falsas amistades, a entender que son nocivas, a comprender que refuerzan lo más indigno de nosotros.
Ser amigo es muy importante para nuestro desarrollo moral, para tener un amigo, SÉ un amigo.
El oso y los viajeros
Los amigos oportunistas existían en la época de Esopo, en el siglo VI ates de Cristo, y todavía abundan hoy. Los niños deben aprender a reconocerlos y a no ser como ellos.
Dos viajeros iban juntos por la carretera cuando de repente apareció un oso. Uno de ellos corrió hacia un árbol de la vera del camino, trepó las ramas y se ocultó. El otro no era tan ágil como su compañero y, como no pudo escaparse, se arrojó al suelo y fingió estar muerto. El oso se le acercó y o olfateó, pero el viajero se quedó muy quieto y contuvo el aliento, pues dicen que un oso no toca un cadáver. E oso lo tomó por un cadáver y se alejó. Cuando pasó el peligro, el viajero del árbol bajó y preguntó al otro qué le había susurrado el oso cuando le acercó la boca a la oreja. El otro respondió: -Me aconsejó que nunca más viajara con un amigo que te abandona ante la primera señal de peligro.
El infortunio pone a prueba a sinceridad de la amistad.