Así que, aunque como quien dice aún estoy empezando, me apetece hacer balance de estos primeros meses como tri madre y así intentar ver todo este caos de vida con un poco de perspectiva. Cuando me de cuenta hasta el pequeñín habrá creido más de la cuenta y todo esto no será más que un recuerdo.
Lo primero que tengo que decir es que se me han pasado rapidísimo, y no se si eso es bueno o malo. Han sido meses muy duros por las circunstancias, no es fácil llevar la maternidad de un hijo único en solitario, cuanto más de tres. Lo bueno es que no me había creado expectativas, es decir, ya fue duro en este sentido el embarazo, tener que tirar adelante con mis dos hijos, mi barriga y un marido ausente por trabajo, que me dejé llevar sin pensar en lo que me depararía la llegada de mi tercer bebé.
Ha sido y está siendo duro el día a día con los tres, no lo voy a negar, porque al estar sola no puedo permitirme el lujo de descansar, ponerme enferma o simplemente decir "haz tú la cena mientras yo baño a los niños", noto mucho el no poder llevar todo esta logística entre dos y eso me tiene tremendamente agotada.
Lo más difícil de todo es que tengo tres hijos con edades muy diferentes, necesidades y atenciones muy diferentes, y muchas veces me cuesta atenderlos a los tres, tantos que normalmente las circunstancias me obligan a dejar a uno para atender a otro, con la consecuencia de que planee sobre mi la sombra de la mala madre, más cuando dejo de atender a los tres puntualmente para intentar coger resuello porque, o hago eso, o no soy capaz de seguir adelante.
Sin embargo, lo que menos trabajo me está costando es criar a mi bebé, que parece lo más difícil a priori. Pues no, mi bebé afortunadamente me lo está poniendo todo muy fácil, es adorable y me está proporcionando una crianza muy llevadera, cosa que agradezco porque si no no se si podría con todo. Creo que es el mejor de mis bebés en el sentido de que demanda mucho menos que ellos, no se si también porque yo no puede dedicarme a él como con sus hermanos, pero desde luego es más tranquilo y conformista, con o cual además de facilitarme mucho la tarea de trimadre está haciendo que lo disfrute muchísimo.
En el fondo me da pena que mi bebé me de tan poca lata porque me da la sensación de que crece rapidísimo, ya ha pasado la barrera de los 6 meses y no queda en él nada del recién nacido frágil e indifenso, es un bebé camino de niño cada vez más espabilado, con ganas de comerse el mundo y todo lo que pille al alcance de su mano. Se que cuando menos me de cuenta lo tendré correteando por el suelo, tocándolo todo, haciendo de las suyas y aunque es maravilloso re-descubrir el mundo a través de sus ojos no quiero que sea tan rápido.
En esta trimaternidad he descubierto que el tritándem teta-colecho-porteo me han salvado la vida.
Para mi es una ventaja sin competencia el tener su alimento listo en cualquier momento, sin tener que preparar nada. Hay días que no consigo poner el lavavajillas, si tuviera que esterilizar y lavar biberones me daría un algo, seguro. Ahora que estamos con alimentación complementaria muchos días vamos a deshoras porque el ritmo lo marcan los mayores con el cole y las extraescolares, así que tener la teta siempre disponible me garantiza que mi bebé va a estar alimentado sea la hora que sea.
El momento de llevar a los niños la cole sería un caos de no ser por el porteo, ya que tengo que aparcar dos veces para dejar a cada uno de mis hijos en sus respectivos centros, y si tuviera que andar plegando y abriendo el cochecito, metiéndolo y sacándolo del maletero, o llevar a mi bebé en brazos a pulso, sería todavía más estresante de lo que es ahora. El porteo ha sido el salvavidas de mi bimaternidad, y lo está siendo de mi trimaternidad, sin duda.
El colecho, en esta ocasión me lo he montado muy bien. He puesto la cuna en modo sidecar, quitando una de las barras laterales de tal modo que está totalmente pegada a mi cama y su colchón alineado con el mío. Esto me permite tener a mi bebé bien cerca, atenderlo sin levantarme, darle fácilmente sus tomas nocturas y lo que es mejor, tener cada uno nuestro espacio. Es que no se cómo no se me ocurrió antes, creo que esto nos va a durar mucho porque yo soy de las que duerme tranquila teniendo al bebé cerca, y de esta manera es comodísimo.
La verdad es que es lo más duro a lo que me he enfrentado en la vida, estoy muy cansada, siento que dejo muchas cosas por hacer, hay días que quisiera esconderme debajo de las sábanas y no saber nada del mundo, todo me cuesta mucho más, pero también es verdad que me siento orgullosa de mi misma porque estoy siendo capaz de llevar adelante a mis hijos prácticamente sola. Y creo que si puedo con esto, podré con cualquier cosa que me echen encima.
Puede ser lo más duro que he hecho en mi vida, no lo pongo en duda, pero cuando miro a mis hijos juntos, o por separado, no me puedo sentir más orgullosa de ellos, de mi, de la familia que hemos formado, y se me olvida lo menos bueno. De verdad de la buena.
Y sí, estoy escribiendo escuchando al peque protestar, los niños pidiéndome la cena y yo con un dolor de cabeza tremendo y con los ojos que se me cierran del cansancio, pero me basta con observar a mi alrededor y ver a mis hijos para darme cuenta de que si hay algo en la vida que de verdad merezca mi esfuerzo, mi empeño, mi cansancio y dar lo mejor de mi misma, son mis hijos.