Este año, que mis niños aún están en Infantil, me he propuesto cenar con ellos todos los días. Por rapidez (servirles a ellos la cena para que se acuesten pronto los días de cole), o falta de ganas (la verdad es que no siempre me apetece cenar, y menos a la hora en la que ellos lo hacen), muchas veces los niños cenan a una hora y yo a otra. O directamente no ceno nada. Este año he decidido que eso cambie: las cenas son un punto de encuentro de la familia que no estoy dispuesta a sacrificar más por cuestiones menores, como la falta de apetito o las prisas. Y es que no es lo mismo sentarme con ellos solo de “acompañante”, que comer con ellos. Y eso es algo que Ikea ha reflejado muy bien tanto en su anuncio como en su nuevo catálogo.
Hoy os presento una propuesta de menú semanal para los peques y los papás y mamás que quieran cenar con ellos, para aquellos días en los que hay cole. Septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina en todos los aspectos, en horarios, colegio, actividades y también comidas. Tras la anarquía que muchas veces supone el verano, este mes nos trae junto con la vuelta al cole el regreso de los comedores y las cenas en familia a una hora más temprana (¡ay, cómo les cuesta a algunos pequeños y mayores madrugar cada día!). Como los fines de semana son normalmente más relajados (visitamos a la familia y los amigos, cenamos fuera, comemos algo más especial o más informal…), he dejado fuera los sábados y domingos.
Muchos de nuestros niños almuerzan en el comedor del colegio. Por norma general, estos menús están elaborados y controlados por nutricionistas infantiles que combinan de forma equilibrada hidratos de carbono, proteínas, frutas y verdura y grasas. Las recomendaciones para los papás y mamás es que elaboremos los menús de las cenas dependiendo de qué han almorzado nuestros peques en el cole. Por eso se suelen publicar en las páginas web de los colegios o de la empresa responsable del catering, para que podamos consultarlos con antelación y planificar así las cenas de cada día. De este modo, si por ejemplo han tomado verduras crudas en forma de ensalada, por la noche les ofreceremos una crema de verduras. O si han comido carne como segundo, en la cena les daremos pescado. La fruta siempre debe estar presente, alterna con lácteos, así como el pan y el agua para acompañar los alimentos que van a ingerir.
Estos menús son aptos para niños a partir de tres años y deben priorizar los alimentos ligeros y nutritivos (la cena representa el 25% de las calorías totales que deben ingerir en un día) y huir de los fritos procesados (se ofrecerán de forma esporádica). Con respecto a este punto, podemos tener preparadas croquetas caseras (de pollo, de merluza, de bacalao, de jamón…) o “nuggets” hechos en casa y freírlos en aceite de oliva suave. Conseguiremos así que esos fritos sean mucho más saludables que los que adquirimos ya elaborados, al carecer de aditivos. Publicaremos en breve las recetas de las croquetas de merluza y langostinos y de los “nuggets” caseros de pollo. Si no los habéis hecho nunca, probad y veréis. ¡Imposible volver a comprarlos una vez que habéis probado los caseros!
Los arroces (en ensalada, en sopa, a la cubana, en “risotto”…), las patatas, la pasta y los huevos tampoco pueden faltar en un menú equilibrado. La propuesta que os hago a continuación es totalmente intercambiable: podéis hacer las combinaciones que estiméis oportunas, tanto con respecto a los días de la semana como a los primeros y segundos platos. Y por supuesto es apta también para adultos.
Poco a poco iré ofreciendo alternativas vegetarianas o veganas a algunos platos. Por ejemplo, la hamburguesa de pollo puede sustituirse por una riquísima de legumbres, o la boloñesa de carne de los espaguetis por una elaborada con soja texturizada fina. Así, aunque no sigamos una dieta vegetariana o vegana nuestros hijos y nosotros podremos disfrutar de otros platos ricos y muy saludables. Esta es la propuesta para el mes de septiembre.
Como veis, casi todos los días hay platos “de cuchara”. Aunque todavía haga calor, es bueno que nos vayamos acostumbrando a platos más reconfortantes, fáciles de hacer, rápidos y muy sabrosos. La mayoría de los platos se pueden cocinar el día antes, o incluso congelar si ha sobrado alguna ración. Y son fáciles de elaborar, para que la falta de tiempo no sea una excusa para cenar en familia. Por supuesto, si existe alguna alergia o intolerancia alimentaria, esta planificación debería ser revisada. ¿Qué os parece el menú? ¿Soléis planificar con antelación las cenas o preferís improvisar? ¿Echáis en falta algún clásico de vuestras cenas en familia? Muchas gracias por leerme y ¡feliz semana!