Podemos llegar a pensar que si privamos a nuestros hijos de ellas estaremos condicionando parte de su aprendizaje. Sin embargo, como padre uno debe posicionarse ante la tesitura de hasta qué punto es bueno el uso de las tecnologías.
No podemos negar que el uso de internet, de los móviles, de las tablets y todos los avances tecnológicos ha pasado de ser una necesidad a una dependencia.
Diferentes estudios sobre la adicción han demostrado que una de cada cuatro personas padece trastornos de personalidad o de conducta, vinculados al uso indiscriminado de Internet y las pantallas. El uso de las tecnologías puede llegar a provocar un desgaste en las relaciones sociales que daría lugar a estos trastornos.
Se ha normalizado el hecho de estar con el móvil en la mano todo el tiempo o no saber vivir sin Internet hasta tal punto, que nadie se para a pensar cómo afecta esto a los niños.
Son los padres los que hemos adoptado la costumbre de darles los móviles para que dejen de llorar, o dejarles cualquier pantalla, porque los colores y el brillo llaman la atención de los hijos y los entretiene. A todos les encantan las nuevas tecnologías, pero no repercuten del mismo modo por igual.
Conviene conocer algunas ventajas y desventajas del uso de las tecnologías en los niños.
El uso de tecnología por los niños es algo muy habitual y tiene ciertos efectos positivos para ellos:
Estimula el hipocampo: Existe una cantidad de juegos específicos que obligan a los niños a implicarse en las tareas de memorización de imágenes, palabras, números…
Amplían sus horizontes: Buscar información los ayuda a conocer y a acceder a nuevos conocimientos.
Aportan facilidades: Los niños se apoyan en las nuevas tecnologías para ayudarse en sus deberes y mejorar sus tareas.
Pasatiempo: Cuando los niños quieren divertirse existen juegos interactivos que activan la amígdala del cerebro y estimulan el cerebelo. Siempre y cuando sea en un tiempo controlado.
Experimentar con las nuevas tecnologías también conlleva ciertas desventajas.
Nerviosismo e hiperactividad: El uso abusivo de los dispositivos les puede provocar actitudes nerviosas derivadas de los destellos, vibraciones y sonidos de los aparatos electrónicos.
Adicción: Si se acostumbran desde pequeños al uso de las tecnologías, pronto podrían crear una dependencia hacia ellas.
Adiós a los buenos hábitos: Los niños que comienzan a utilizar los dispositivos e Internet terminan prescindiendo de hábitos como la lectura u otras habilidades como dibujar o escribir.
Estrés: Aunque es un poco difícil de creer, los más pequeños también sufren estrés y una de las causas más comunes es la exposición constante a los dispositivos.
Insomnio: Muchas horas delante de las pantallas puede provocar una falta de sueño continua.
Mayor intimidación: El bullying está a la orden del día y cada vez es más común que suceda a través de una pantalla.
Deconstrucción de los vínculos sociales: Los niños que habitualmente utilizan las nuevas tecnologías se niegan a salir de sus casas. Pierden el interés por tener vínculos emocionales, no quieren salir a la calle ni jugar con otros niños en el mundo real.
Pérdida de conciencia de la realidad: Si desde niños viven entre un mundo de colores, vídeos y juegos, pero a través de una pantalla, poco a poco se vuelven ajenos a la verdadera realidad.
Como podemos observar las desventajas superan en número y peligrosidad a las ventajas.
Pero conociendo los pros y los contras cada uno puede formar su propio criterio en función de las necesidades que surjan.
Tal y como hemos comentado en otras ocasiones las circunstancias de cada caso son diferentes y ni tenerlos todo el día enganchados es bueno como evitar todo contacto con las nuevas tecnologías tampoco lo es.
Además cuando los niños pasan mucho tiempo en casa no podemos negar que gracias a las nuevas tecnologías podemos estar un poco más cerca de nuestros seres queridos en la distancia y nos ayuda a mantener a los niños entretenidos en nuestros hogares mientras teletrabajamos.
Como conclusión, ni lo bueno es tan bueno, ni lo malo es tan malo.