Vuelvo al blog como niña con zapatos nuevos. Quizá porque sigo teniendo algo de niña y estreno blog, que casi casi es como estrenar zapatos. Quizá no notarás mucha diferencia frente al otro, pero créeme que las tiene. Tampoco quería hacer un cambio radical porque no lo iba a sentir como mi blog. Por eso el trabajo que han hecho desde Livire ha sido excepcional y encima ¡en tiempo récord! ¡Gracias Raúl, sin ti no hubiera sido capaz!
En este mes y medio de ausencia se me han ocurrido mil y un temas sobre los que escribir. Y ahora, cuando llega el momento, estoy en blanco. Quizá sea porque todo lo que se me ocurre es farragoso. Y es que hoy por hoy el mundo, el ambiente y hasta la meteorología es farragosa. Y para hablar de esos temas, ya habrá tiempo.
Hoy, en mi reestreno, prefiero hablar de zapatos nuevos y de emociones. Las misma que puse al abrir este blog, hace casi siete años. Seguir creyendo en el mundo 2.0 y en la idea de que al otro lado hay gente que me lee y, a veces, hasta le puedo ayudar con lo que escribo.
Vuelvo con la esperanza de aportar más y más, de poner en práctica todo lo aprendido en estos años y con la enorme suerte de pertenecer a una gran familia, la de Madresfera, que cada día aporta un granito de arena para lograr una sociedad mejor para nuestros hijos.
Regreso con ilusión, esperanza y miedo. De esto último también tengo un poquito. Miedo de no estar a la altura, de decepcionar o de, por qué no,
Gracias por tu paciencia y por tu lealtad. A partir de esta semana, recuerda que publicaré lunes, miércoles y viernes. Seguiré sin especializarme en nada (en plan doctor liendre que de todo sabe y de nada entiende). Así que si echas en falta algún tema, estoy abierta a cualquier sugerencia. Solo tienes que dejármelo en los comentarios y me pongo a ello.
De nuevo muchas gracias por acompañarme en esta nueva etapa y espero que la disfrutes.
.