ABRIGAR LO JUSTO.
Desde pequeños tenemos la obsesión con esta frase típica de las madres y abuelas “Abrígale que si no va a coger frío”.
Está demostrado que una de los errores más comunes que cometemos los padres es abrigar demasiado a los niños. Esto impide una transpiración natural y muchas veces un exceso de sudoración que provoca los temidos cambios de temperatura corporales en el niño.
2 HIGIENE TOTAL.
La higiene es una de las mejores maneras para combatir cualquier enfermedad.
Los gérmenes como las bacterias y los virus pueden ser transmitidos de muchas maneras diferentes, especialmente al tocar manos sucias o cambiar pañales. A través de la tos, estornudos y mocos se propagan muchas de las enfermedades invernales.
Aunque es muy difícil controlarlo hay que intentar que los niños se laven las manos antes de cada comida y a que no se lleven las manos a la boca ni a la nariz cuando están acatarrados ya que pueden infectarse con facilidad al frotarse los ojos, nariz o boca.
3. PROTECCIÓN CON VACUNAS.
Aunque parece ser que este año la vacuna de la gripe no ha funcionado todo lo bien que debería ( ya que la cepa del virus ha mutado) es importante que los siguientes grupos estén vacunados:
Niños desde los 6 meses hasta los 4 años.
Mujeres que estén embarazadas, que se quieran quedar embarazadas, que hayan dado a luz hace poco o que vayan a estar amamantando a sus hijos durante la temporada de la gripe
Niños asmáticos.
Niños con periodos continuados de bronquiolítis y neumonías.
4. HIDRATACIÓN TOTAL.
Aunque estemos en invierno es importantísima la hidratación del menor por 2 razones: La primera porque bebiendo continuamente líquidos evitamos que las mucosidades se adhieran a las paredes pulmonares.
También debemos hacer uso de cremas hidratantes para el cuerpo y protectores labiales para evitar la sequedad en la piel.
5. DIETA PARA REFORZAR SU SISTEMA INMUNOLÓGICO.
Hay muchos alimentos con gran cantidad de vitaminas que ayudan en general a grandes y pequeños a mantener a raya los temidos resfriados. De todos es sabido el poder de los cítricos para reforzar nuestras defensas y aliviar los síntomas de un catarro.
Pero aparte de estos hay multitud de verduras que nos ayudan en esta época. Remolacha, coles de Bruselas, acelgas, zanahorias, brócoli, espinacas, calabaza, coliflor, champiñones, puerros, alcachofas o berenjenas, ya sea crudas o cocinadas, tienen grandes propiedades contra los resfriados y enfermedades respiratorias.
Las legumbres actúan como antigripales naturales y ayudan a reducir las toxinas que provoca la infección y a fortalecer el sistema inmune.
Un buen puré de verduras caliente para la cena beneficia enormemente a nuestro organismo y a nuestro sistema autoinmune.
El grupo de frutas del bosque como Frambuesas, moras, arándanos y fresas son grandes aliados contra la gripe y los resfriados. Son muy ricos en vitamina C y en antioxidantes y refuerzan las defensas.
6. SAL A LA CALLE AUNQUE HAGA FRÍO.
La mayoría de pediatras y enfermeras recomiendan que sacar a los niños desde su nacimiento un rato diariamente a la calle aunque haga mucho frío. Sacarle a la calle es un entrenamiento perfecto para que su sistema de termorregulación vaya tolerando mejor los diferentes cambios de temperatura cuando son muy pequeños.
Además es un buenísimo para la oxigenación del niño.