No siempre resulta fácil recuperar tu figura después del parto. Para ello tienes que desarrollar ciertas cualidades y capacidades que te ayudaran a visualizar y alcanzar mejor tus objetivos.
Se trata de un cambio de adentro hacia afuera y para ello te será útil aplicar la regla de las que yo llamo las "3D".
Disciplina, Determinación y Dedicación.
Disciplina: Es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que éstos ocasiona. La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia; es decir, la capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo "extra" para ir haciendo las cosas de la mejor manera.
El que se sabe exigir a sí mismo aprende a darle sentido a todo lo que hace.
La disciplina es indispensable para que optemos con persistencia por el mejor de los caminos; es decir, por el que nos va dictando una conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes propios y se pone en marcha para actuar.
Determinación: El término determinación se refiere a cuando una persona tiene la cualidad de ser determinada, es cuando esta persona establece definiciones, limitaciones y conceptos en su vida por los cuales se dirige, y estos elementos forman parte de decisiones que esta persona ha tomado. Uno de los aspectos que más destaca en la determinación y la perseverancia de una persona es el INCONFORMISMO en aceptar ciertas situaciones. La insatisfacción como resultado, con las dificultades, con las limitaciones genera en cierta forma un estímulo y la motivación necesaria para que ocurran CAMBIOS para mejorar y para alcanzar los OBJETIVOS.
Dedicación: Es la actitud de ser firme en alcanzar un objetivo con perseverancia, es querer algo que uno se autopropone, motivando así esta virtud conocida como la perseverancia y llevándola a una satisfacción o algo ya alcanzado.
“Pasar toda tu vida esforzándote no tiene ningún sentido. Pasar toda o casi toda tu vida dedicándote es una pasada. Las cosas conseguidas con dedicación son las que realmente tienen un gran valor”.
Ahora tu vida ha cambiado y tu cuerpo también. Lo más probables es que tu abdomen 4 semanas después del parto parezca como si aun estas embarazada, la zona abdominal es la que más sufre durante el embarazo. Tu cuerpo no se ve tonificado y te cuesta hasta doblar las piernas para recoger algo en el suelo.No temas, nada es imposible y Roma no se construyó en 2 días.
Cuando me plantee recuperar mi peso inicial lo último que me fije fue una fecha exacta, no me presione con el tiempo, tan solo fui cambiando mis hábitos y fui acostumbrando mi cuerpo a un nuevo estilo de vida.
Es importante fijarse metas reales y alcanzables, en mi caso no me preocupaba el tiempo porque mi prioridad son mis niños: su dependencia, sus necesidades y querer disfrutar la mayor parte del tiempo posible de su día a día y de su crecimiento.
En cambio lo que si hice fue adquirir un nuevo compromiso. Un compromiso conmigo misma que requería un cambio de actitud y una nueva disciplina de vida, nuevos hábitos, nuevos horarios, nuevas recetas, nuevas rutinas…. en fin una nueva vida que además tenía que ser compatible con mí otra nueva vida de neo-mamá.
Incluí una comida más en mi dieta diaria, lo cual siempre me había parecido una hazaña complicada, pero no fue así, entendí que todo era cuestión de planificación y organización previa. En poco tiempo en lugar de tener 4 comidas tuve 5.
La botella de agua fue mi mejor aliada, siempre a mano para no olvidarme de beber mis 2,5/3 litros al día que me había propuesto. Deje de beber cualquier otro tipo de bebidas que no fuera agua.
Comencé a tomar suplementos como lecitina de soja, omega3, vit E, Magnesio y vit C.
Elimine el azúcar casi por completo, mantuve la sacarina e incluí la stevia (el mejor edulcorante que hay en el mercado porque es natural).
Aprendí a calcular las calorías diarias, entendí que comida es igual a caloría y que a su vez es igual a energía; energía que si no se consume se transforma en grasa. Y por ultimo hablando de grasas, elimine las grasa malas, y si ya era el caso de ingerir algo de grasa que fuesen grasas buenas. Colesterol malo vs Colesterol bueno.
Realice ejercicio, aunque debido a mi escaso tiempo tan solo podía ir al gimnasio 2 o 3 veces a la semana. Así que me propuse hacer mucho ejercicio intervalico, el cual me ayudaba a quemar calorías incluso concluido el ejercicio.
Este estilo de vida me motivo tanto que una cosa llevo a la otra y poco a poco, sin obsesionarme ni darme tiempo a desanimarme comencé a ver resultados.
Activando mi metabolismo y controlando mis calorías la pérdida de peso fue relativamente rápida y gradual y lo mejor de todo es que fueron kilos perdidos para NO volver, es decir sin efecto rebote.
Ni un solo kilo de más. Tras haber perdido casi 20 kilos con mi primer embarazo y 15 en mi segundo (entre el 2012 y el 2014) he alcanzado mi peso inicial, es decir, he vuelto a tener el mismo peso que tenia antes de mis embarazos, ahora mi meta será conseguir definir y tonificar mi cuerpo.
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