No tenía pensado escribir una crónica al uso del Mbday19 (Madresfera Bloggers day) pero si quería compartir como ha sido este tercer año a diferencia de los anteriores.
El primer año de Mbday todo eran nervios. Conocía a muy poca gente, algunos compañeros de Madrid, pero “virtualmente” conocía a muchos. Y tenía por supuesto los que ocupaban “pedestal blogger”. Quien más, quien menos cuando se pone con un blog ya ha leído unos cuantos. Y tienes a gente super idealizada con la que no te imaginas tomando un café.
Así que el primer año vas muy nerviosa. Con miedo a no encajar. Con miedo a que esos compañeros virtuales luego no resulten tan cercanos en el tú a tú. Y a quedar de putifan con aquellos que tienes en un pedestal. El primer año te apetece abrazar mucho pero al final solo lo haces con los que más relación has tenido. Miras de lejos y con admiración a los bloggersaurios, aquellos que ya llevan muchos años con el blog y se han hecho un nombre. Algunos hasta han escrito libros, vamos, tú a su lado una piltrafilla. El evento se pasa en un abrir y cerrar de ojos, con la tripa llena de mariposas y la certeza de que esos amigos virtuales, si que molan.
El segundo año ya sabes con quien vas a estar en el evento. Con tus amigos. Ya pasaste el trago de ponerles piel y sabes que les adoras. Además, durante todo el año has coincidido con más gente en otros eventos y tu lista se amplía. Así que ese año, apenas comes y te dedicas a bailar de grupo en grupo y a participar en los concursos. Aún no eres muy consciente de toda la avalancha de emociones, pero quieres estar en todas, en las risas, en las lágrimas de emoción, en los abrazos… Tanto que entre la falta de alimento y el exceso de intensidad sales bastante mareada y no puedes ni con los litros de caldo ( Aneto, claro).
Y vamos con este tercer año. Mbday19. Las ganas yo creo que van aumentando con cada año. Porque ya sabes lo que es. Ya sabes quienes son. Te has tirado meses hablando con la gente de este día por whatsapp, por telegram… Has preparado alguna sorpresa especial para el gran equipo Madresfera.
La gente te conoce. ¿ A mi? Pues si, a ti. Sin ser una blogger star te das cuenta que hay gente que te sigue y admira. Y eso, sin ser chula, mola a cualquiera, ¿o no?
Este año, por supuesto, me moría por estar con los “míos”, pero a la vez tenía muchas ganas de dar la “bienvenida” a un montón de gente nueva que con sus maravillosos blogs nos han dejado la boca abierta durante doce meses.
Sentía una cierta “responsabilidad” hacia aquellos que se estrenaban este año y sentían todo lo expuesto en el primer párrafo. Y por tanto abrazarlos, comprender sus nervios o su timidez. También me he notado más suelta a la hora de hablar con “gente grande”, aunque a veces aún, me da la pavada y me corto. Y así te pierdes ocasiones.
Este año he comido, sabía que si no, no aguantaría el día. Y no he participado en los maravillosos concursos, porque era muy consciente de que tenía que exprimir el momento, que mucha gente no volvería hasta otro año y viven lejos. Así que:
Me dediqué a hablar. Mucho
Me dediqué a abrazar. Mucho también.
Me hice mil y una fotos, pero me faltan las mil dos y mil tres con algunos.
Reí. Lloré. Aplaudí.
Y volví con mis caldos a casa.
Y un corazón lleno para aguantar otros 12 meses.
Gracias, Madresfera.
Esta crónica ha sido escrita del tirón tal cual. Siento si hay algún error de expresión o me olvido de algo superimportante, pero creo que hay cosas que deben escribirse desde la emoción y no la razón ni el SEO