Baby Led Weaning: puntualizaciones

A raiz de una publicación reciente que me ha hecho recordar el tema, así como de los comentarios vertidos en una entrada anterior de este blog, voy a extender mis explicaciones acerca de mi experiencia y opinión sobre el método de introducción a la alimentación sólida conocido como Baby Led Weaning (BLW).
Recomiendo la lectura de la entrada anterior a la que me refería para conocer mi opinión sobre los pros y los contras de dicho método.
Es fácil encontrar testimonios felices en la red de gente que ha practicado este método, así que no se por qué escuece tanto que haya también testimonios como el mío: gente partidaria del método pero que por circunstancias acabó aplicando un método "intermedio": ni seguir dando biberones y purés hasta los tres años como le gustaría a mi suegra, ni autoconsolarme con que mis hijos tienen todo lo que necesitan por haber chupeteado un trocito de ternera.
Si tuviera que puntuar mi posicionamiento "baby led weaning", en el que 10 es haber llevado a cabo Baby Led Weaning ultraortodoxo (ni un ápice de preparar comidas especiales para el bebé, sólo darle comida adulta adaptada a sus manos) y 0 no haberlo puesto nada en práctica, yo me puntuaría con un 5 o un 6, aunque seguro que las talibanes del método no me pondrían ni un dos.
Pero recuerdo una anécdota: en la revisión del año, la enfermera nos dijo, como si nos estuviera dando una lección de puericultura: "ahora ya podéis empezar a darles trocitos de pan, de jamón dulce... para que se vayan acostumbrando a la comida de adultos", y le contesté sorprendida: "¡¡pero si comen trozos desde los seis meses!!". Y la enfermera se admiró mucho porque "debíamos ser unos padres con muy poco miedo al atragantamiento (sic). ¿¿¿¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡???
Está bien que los profesionales de la puericultura espabilen un poco y actualicen sus conocimientos sobre este tema, pero tampoco presumo de que mis hijos están criados bajo los preceptos del BLW sólo porque comen sólidos desde el principio, porque acabaron teniendo épocas de muchos purés.
Y es que uno de los problemas del método es cómo saber si lo que uno está aplicando es BLW comme il faut (100% puro) o en realidad aplica un método híbrido en el que la lactancia (materna o artificial), la comida sólida, los cereales hidrolizados y algun puré que otro conviven, en proporción variable según la edad del bebé. Porque estoy segura de que si yo le pregunto a mi cuñada que si ha practicado BLW lo mismo me dice que sí: ella le ha dado gusanitos a su hijo desde los 6 meses...
Y aquí en España lo de dar a los bebés pequeñitos chuscos de pan, galletas, trozos de fruta, jamón dulce, sopas, arroz...para que se vayan entrenando con la comida adulta es práctica habitual...pero eso no es BLW, lo siento. Tal como yo entiendo el BLW, los purés son residuales, y solamente se le dan al bebé si es toda la familia la que los toma (y lo mismo con las sopas y los triturados, como el hummus).

¿Qué os creiais, que yo no puedo subir fotos a Facebook con fotos de bebés de 6 meses explorando solos la comida sólida?

Pobre Angelito2: no sabe que por mucho que su madre le diera a explorar fruta y otros vegetales desde los seis meses (como el aguacate que tantos ratos de bayeta me hizo pasar), no cumplió todos los preceptos exigibles a un bebé destetado con BLW puro.

Cosas (las poquitas cosas) que no me gustan del método BLW
1) El libro de marras.
La biblia del método es un librucho patético de Gill Rapley y Tracey Murkett, "El niño ya come solo", a años luz de los libros bien documentados y redactados de Carlos González. Está basado en el sentido común y el "amimefuncionismo". Recomiendo no gastarse dinero en este libro porque hay suficiente material en internet como para conocer los fundamentos del método sin desperdiciar tiempo en su lectura: es breve, superficial y con poca "chicha", nunca mejor dicho.
2) Incongruencias a la hora de describir las ventajas.
Se habla de la esclavitud de las madres que preparan pures, pero luego las madres BLW reconocen que cocinan más, tienen que buscar recetas aptas y tienen que dedicar tiempo a cortar trozos de comida de forma especial para que los niños puedan manipularlas. También reconocen que los niños ensucian más y al principio hay que buscar métodos de evitar que se desperdicia mucha comida. Entonces, ¿qué ahorro de tiempo y trabajo hay sobre el método de preparar purés caseros y tenerlos ya listos (y ya no digamos quien los prefiera comprar)? Me supone igual trabajo hervir verdura y triturarla que cortarla en bastoncillos, con la diferencia de que habrá más puré que acabe en el estómago que en el suelo.
Otro argumento que no me cuela: lo de pensar que si no haces BLW te tocará dar purés hasta los tres años y tu hijo será un niño problemático que no tolerará los tropezones o no le gustará gran variedad de comida. Creo que los padres que se quejan al pediatra de que su hijo solo quiere purés con tres años es equivalente al número de padres que se quejan al pediatra de que a sus hijos le han dejado de gustar los purés, sopas y cremas... ¡porque ya están hartos! Yo ahora mismo tengo el problema contrario: conseguir que los niños coman cremas y sopas al igual que el resto de la familia, porque prefieren las cosas sólidas (fritanga y pizza, a ser posible, como buenos niños que son).
Mis hijos son niños un tanto anómalos: les gusta mucho el pescado y la fruta, y la fruta la toman sólida desde los 6 meses, aunque su abuela les endosaba una platazo de papilla de frutas en cuanto yo giraba la cabeza (y les encantaba). Pero no voy por ahí vendiendo la moto de que son niños de BLW porque se necesita algo más que mordisquear esto o aquello para decir que se ha hecho BLW. Tampoco se me ocurre decir que si les gusta el pescado es porque les supe introducir sabiamente la comida sólida, porque no creo que sea ese el secreto de tal portento.
Otras tonterías que se leen: que los niños en la antigüedad no comían triturados porque no existían las batidoras. A ver señoras: la trituración de alimentos ya sea con las muelas, mortero u otros métodos de machacamiento es tan antigua como el mundo, aunque el resultado no era tan pulcro como el conseguido con batidora + colador. Estoy convencida de que las madres de Atapuerca masticaban un poco las raíces antes de pasarle el bolo a sus retoños para que comieran, aunque habida cuenta de la mortalidad infantil que había en Atapuerca mejor no confiar demasiado en sus métodos de puericultura...
3) ¿Qué pasa con las madres trabajadoras?
Cuando una madre ya no puede dar lactancia a demanda, ¿cómo se respetan de forma ortodoxa los preceptos BLW? ¿Tiene dar sentido leche de fórmula a un bebé, junto con alimentos chupeteados, cuando ese mismo bebé está en disposición de comer con su propia cuchara toda clase de alimentos en forma de purés (más los sólidos y la leche)? ¿No dependerá acaso de la edad del bebé?
En las guarderías y escuelas infantiles ¿es viable el BLW puro o hay factores como la falta de vigilancia, menor control de la alimentación global del niño e implicaciones de limpieza que lo hacen insostenible o menos recomendable?
4) La madre propone, el niño dispone.
Si el niño no colabora la madre tendrá que buscar alternativas, aunque ya no pueda presumir en Facebook de lo bien que le ha ido el BLW. Tengo un caso cercano de niño que se destetó espontáneamente a los 6 meses y no quería ni teta ni estaba preparado aún para la comida sólida, que rechazaba. Adelgazó mucho y rápidamente y para la madre fue un quebradero de cabeza solventar la situación. Con niños "difíciles" la madre ha de renunciar a sus deseos y hacer lo mejor para la salud de su hijo.
Mi Angelito2 tuvo anemia, y eso no es algo que se pueda solventar con LM a demanda y chupeteos a croquetas y trocitos de ternera.
5) Magnificación de las evidencias científicas a su favor.
A las defensoras del BLW se les llena la boca hablando del nutrido cuerpo de evidencias científicas que respaldan las bondades del BLW. Pero yo os animo a que busquéis los últimos artículos publicados en Pubmed sobre el BLW y comprobéis que precisamente hay un lamento global por la falta de buenos estudios clínicos al respecto y meta análisis con resultados concluyentes y contundentes que permitan a las autoridades sanitarias (desde los gobiernos estatales a la OMS) ofrecer una guía de actuación a los padres sobre este tema. Hay estudios iniciales prometedores, cierto, pero a día de hoy, ninguna conclusión en firme.
Cuando se acumule suficiente evidencia científica las autoridades sanitarias incorporarán los hallazgos a sus recomendaciones sobre alimentación infantil: de momento se mantienen expectantes y se limitan a dar consejos sobre qué alimentos se introducen antes y cuales después (ejemplo).
El tema no es baladí porque como el BLW está muy de moda y su popularidad crece, URGE responder de manera científica a las siguientes cuestiones:
¿El riesgo de atragantamiento aumenta significativamente con el BLW? Y si es así, ¿se puede evitar con unas normas básicas de seguridad?
¿Los bebés BLW presentan deficiencias en hierro, zinc y otros minerales en mayor medida? ¿Tienen un patrón de crecimiento diferente?
¿Presentan menos riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión, etc, en el futuro con respecto a los bebés alimentados a base de purés?
¿Y si el problema no está en la textura triturada de los purés si no en su composición, que suele ser descompensada e hipercalórica? ¿Cómo se distingue el efecto nutricional debido al BLW y el efecto debido a la leche (materna o de fórmula) que acompaña a la alimentación sólida? ¿Cómo corregir otras variables que pueden inducir a resultados espúreos, como las variables socioeconómicas, genéticas, etc?
La cosa tiene mucha miga, porque como digo primero hay que aclarar qué es exactamente lo que uno entiende por BLW 100% y cómo distinguir a la gente que practica el BLW "menos puro".
Tendremos que esperar bastantes años para empezar a tener suficiente evidencia científica y no meras estadísticas basadas en el "amimefuncionismo".
Si queréis hacemos una porra de los resultados esperables cuando haya suficiente cuerpo científico al respecto.
Yo voto porque la evidencia científica avalará la seguridad del BLW siempre que se sigan unas normas estrictas para evitar atragantamientos, se ofrezca realmente una dieta variada, el bebé no presente ningún retraso en el desarrollo ni pertenezca a un subgrupo con riesgo de anemia u otros déficit nutricionales. Y voto porque existirá una mejoría modesta respecto al riesgo futuro de padecer enfermedades relacionadas con la obesidad en el futuro, siempre y cuando el BLW vaya acompañado de lactancia materna, y con poca diferencia entre practicar el BLW 100% puro y el BLW "mezcla".
Si vuestras expectativas son aún más optimistas que las mías o son más pesimistas estaré encantada de debatirlo en los comentarios.
Algunos apuntes más sobre mi experiencia con el BLW
Me gustaría haber sido una de esas madres que solo hablan maravillas del BLW pero mis mellizos no colaboraron mucho, por eso preferí optar por un sistema mixto (más BLW que la media española pero con purés). La armonía familiar lo agradeció mucho.
Empecé a darles cosas sólidas a mis hijos cuando se acercaban a los 6 meses por consejo de la matrona del grupo de lactancia, dado que mis hijos ya estaban adelgazando. No obstante, solo se puede decir que empezaran a tomar cantidades significativas de otra cosa que no fuera leche materna sobre eso de los 6 meses y medio o 7 meses, que fue cuando me incorporé al trabajo y no podía dar lactancia a demanda. Su consumo de leche artificial ha sido minoritario, y solamente para mezclarla con los cereales (prefería mezclarlos con agua, leche materna congelada o zumo de naranja natural).
No centré la alimentación en la leche artificial porque teniendo el consumo de lácteos asegurado con la lactancia materna en los ratos que estaba yo, creo que es absurdo abotargar al niño con biberones de leche artificial cuando ya está en edad de comer purés de verdura y ternera con cuchara, de su propia mano. Así que la comida complementaria realmente solo adquirió protagonismo cuando no estaban conmigo.
A los 9 meses empezaron en la escuela infantil, en la que recibían la comida triturada, si bien a los 12 cambiaron a otra en la que les daban la comida más troceada, hasta empezar con la comida plenamente "adulta" sobre los dos años.
Las veces que mis hijos se han llevado un biberón a la boca se cuentan con los dedos de las manos, siempre he estimulado su autonomia con el uso de vasos con asas y usan bien la cuchara o el tenedor desde los 6 meses (son tan dominantes que al principio no querían que les diera nada yo, me arrancaban la cuchara de la mano, aunque por vagancia a veces preferían que se lo diera yo porque los bocados eran más seguidos).
Siempre (desde los 6 meses) mostraron curiosidad y habilidad para comer solos cosas como la fruta y la carne blanda. Les gustaba mucho la pera en trozos con piel, el plátano, el caqui en rodajas, la fresa chupada...
Por supuesto que exploraron con entusiasmo los arbolitos de brócoli, coliflor y las zanahorias, pero solo la primera vez: a la segunda, por poco me lo tiraban a la cabeza.
Pero ay, cuando descubrieron las varitas de merluza, las patatas fritas y las salchichas se volvieron muy exquisitos y perdieron el escaso interés que tenian en cualquier otra cosa, y fue un ejercicio de paciencia que volvieran a tener interés en algo "verde" que no estuviera triturado.
Luego hay muchas otras cosas de las que nunca quisieron saber nada: lechuga, tomates, sémola, el arroz, la pasta... No le di importancia porque con la leche materna y aporte extra de hierro proviniente de otras fuentes en cantidad suficiente estaban bien cubiertos.
Resumiendo, recomendaciones BLW que sí que he aplicado:
Dejar que el protagonismo de la alimentación recaiga en la LM, al menos hasta los 7 meses (cuando volví al trabajo).
Dejar que los niños exploren diferentes tipos de comida y que coman lo que ellos deseen de su propia mano y por sus propios medios, aunque ensucien, como forma de estimulacion ajena al fin de la alimentación en sí.
No forzar la alimentación ni obligar a comer purés si los rechazan. Tampoco cebarles con biberonazos para abotargarles ni "complementar"
Adaptar los horarios familiares para que toda la familia coma junta, con los niños imitando a los adultos y participando de las comidas adultas.
No preocuparse si algún grupo de alimentos no lo prueban, confiando en que la lactancia materna cubre la mayor parte de necesidades nutricionales. En casos de enfermedad o desgana, no forzar a tomar nada más que LM, que es lo que siempre les apetece.
Confiar en que los niños pueden masticar bastante con las encías y que se protegen del atragantamiento mediante arcadas y aprendiendo a controlar los mordiscos.

Este día el Angelito1 nos dio un susto muy muy gordo porque un trozo de nacho se le pegó en la garganta y pensábamos que lo perdíamos. Se puso más rojo que el globo.
Cosas que tuve que modificar del método BLW para adaptarlos a la realidad de mis hijos:
Introducir cereales hidrolizados ricos en hierro y puré de ternera en cantidades altas debido a la necesidad incrementada de hierro de unos de mis hijos, que tuvo anemia.
Tolerar o permitir que se les dieran purés desde los 9 meses, ya sea en la escuela infantil o en casa de la suegra (para evitar dramas familiares).
Interrumpir la lactancia materna a demanda a los 7 meses por la reincorporación al trabajo.
A partir de cierta edad, dar purés para completar la alimentación, ya que a pesar de tomar teta "ad libitum" hasta que se soltaban, después lloraban de hambre y no se conformaban con la comida "exploratoria": los pures se los comían con fruición y entusiasmo. También he comprobado que en igualdad de condiciones (habiendo tomado teta antes de sentarles a darles otra cosa) tomaban mucha más cantidad de, pongamos por caso, una papilla de arroz muy triturado, que el mismo arroz pero preparado muy blando, que les asqueaba. Y la avidez y gusto con que se tomaban la papilla de cereales (con teta previa, repito) no se la he visto yo con ningún trozo de nada. Ni por asomo quisieron saber nada de comidas como pasta, arroces y carnes preparadas " a la manera adulta" hasta una edad avanzada. En cambio la fruta, algunas verduras, algunos pescados y algunas carnes los comen de forma sólida desde el inicio.
La paz familiar se estaba deteriorando ante la falta de avances, así que renuncié a algunos preceptos BLW en aras de la felicidad conjunta.
Del 0 al 10, ¿qué score BLW consigo?
Así que ni presumo porque mis niños mordisqueaban cosas desde una edad más temprana que sus primos y amiguitos, y que ahora son muy autónomos y delgados, ni soy como mi suegra, que es de las de dar papilla de frutas hasta los tres años y meter cucharadas de puré a traición porque "el niño sano tiene que estar gordito". En todo caso, hay que seguir investigando. Mientras tanto, sólo las madres saben cómo son los niños que tienen en su casa y cuál es la mejor manera de organizar las comidas dentro y fuera de casa.
Tenemos polémica para rato...
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