1. Cada bebé avanza a su ritmo: E igual que los hay que a los seis meses ya comen de todo y muy bien, también los hay, como es el caso de Maramoto, los que a los ocho meses siguen sin mostrar demasiado interés por la comida. La mamá jefa se esfuerza por hacerle mil y una cosas y la pequeña saltamontes se lo agradece tirando gran parte desde la trona y parándose a ver cómo cae. Creo que del total de alimentos que le podemos poner en una comida, apenas el 40% pasa por su boca. Y de ese 40% sólo un 20% acaba en su estómago. Porque nuestra bebé ha decidido que quiere jugar con la comida en la boca, pero que no quiere tragársela, así que lo que acaba cayendo al estómago no dejan de ser errores en el proceso de cribado de nuestra pequeña sibarita.
2. La comida como juego: Mara la Exploradora sigue viendo la comida como un juego, así que actúa con los trozos de lomo y con los plátanos como haría con cualquier otro juguete. A veces se los mete en la boca (pone cara de asco con todo) y a veces los tira o les pega golpes hasta dejarlos irreconocibles. De momento no se le ha despertado el apetito, así que es normal que afloren las primeras dudas. Por suerte para nosotros hay mucha información hoy en día y así hemos podido conocer el caso de niños que hasta los 9 e incluso hasta los 15 meses no muestran el más mínimo interés y se dedican únicamente a jugar con los alimentos. Y oye, toman pecho y están tan sanotes. Así que eso nos tranquiliza cuando no vemos avances en las comidas más allá de la precisión que ha adquirido para coger trozos minúsculos.
3. BLW y Alta Demanda: A todo ello hay que unir que, como ya os he comentado otras veces, Maramoto es una bebé de alta demanda así que por regla general no tolera mucho aquello de estar sentada. Así que las comidas son una especie de ruleta rusa. Si antes ha tomado pecho, suele empezar bien, pero llega un momento en que se cansa y la cocina se llena de gritos y trozos de comida espachurrados por el suelo. Le puede su gran actividad.
4. Alta Suciedad: Creemos que lo hace totalmente a propósito, porque por más mantel o periódicos que le pongamos debajo de la trona, la pequeña saltamontes siempre se encarga de encontrar la forma de tirar la comida fuera de esos límites. Así que si es un trozo de pan no pasa nada, pero cuando son fresas o trozos de sandía masacrados… De forma que después de cada comida (aunque ya no puedas con tu vida) la mamá jefa y el papá en prácticas tenemos que sacar el equipo de limpieza.
5. No, tampoco funcionan las papillas: Seguro que más de uno está diciendo, ¿y por qué no le dan papillas? Tampoco funcionan. Lo hemos intentado cuando hemos hecho purés para nosotros, pero Maramoto los expulsa hacia fuera igual que hace con los trozos de fresa o de pollo. Eso cuando no quiere coger ella la cuchara y esparce el puré por toda la cocina. Al parecer todavía no ha llegado su momento, así que no nos queda otra que confiar en ella (por supuesto), creer firmemente en lo que estamos haciendo y, cómo no, tener paciencia.
¿Cómo han sido o fueron vuestros inicios con el BLW? ¿También tuvisteis que tirar mucho de paciencia?