La llegada de un nuevo miembro a la familia puede causar celos entre hermanos. Lo normal, es que el primogénito de la familia acepte de buena gana que, a partir de ese momento, la familia contará con nuevo miembro más que será su hermano o hermana y que tendrá que querer o proteger.
Sin embargo, en ocasiones, no todo ocurre de la forma en que deseamos y, la llegada de un nuevo hijo puede provocar algo de ‘trastorno’ en su hermano mayor. Son los llamados celos entre hermanos, un estado que provoca en el niño una sensación de frustración por pensar que no es correspondido emocionalmente por sus personas queridas, es decir, que no es querido como antes. Evitar que esto ocurra es muy importante, ya que puede desencadenar situaciones problemáticas para el futuro y la labor de los padres en este sentido es vital.
¿Por qué se producen celos entre hermanos?
Por cualquier mínimo motivo que, en ocasiones, los adultos ni siquiera percibimos se pueden producir celos entre hermanos. Normalmente, las causas tienen que ver factores situacionales y evolutivos, pero la genética influye también. La mayoría de los niños que desarrollan celos infantiles hacia su hermano tienen una conducta temperamental ‘celotípica’, que aparece en su personalidad y probablemente le acompañará toda la vida en otras situaciones (sentimentales, de trabajo…). Además, cada niño construye la realidad de una manera, en función de su carácter, por lo que a veces, por su manera de ser, independientemente de que se trate de forma objetiva a ambos hermanos, aparecen los celos.
Otra causa por la que suelen producirse los celos infantiles es, como hemos dicho anteriormente, el desarrollo del niño. Los celos son algo normal en el desarrollo de un niño y suelen aparecer en edades tempranas tras el nacimiento de un hermanito, entre los 2 y los 5 años, aproximadamente), aunque sin duda, la etapa del niño en la que más aparecen los celos es la fase del apego, puesto que requieren gran atención por parte de los padres.
Por último, los celos infantiles está muy relacionados con la conducta de los padres. La forma de educar de los progenitores es esencial en este sentido. En aquellas familias en las que los padres desarrollen un modelo de educación abierto, sin comparaciones entre hermanos es menos frecuente que aparezcan celos, que si el trato hacia los hijos es asimétrico, aunque la mayoría de los veces se produzca sin ninguna intención, hay que tener mucho cuidado con eso.
Cómo detectar que mi hijo tiene celos
Para poder evitar los celos infantiles entre hermanos, el primer paso es saber detectarlos. Es algo complicado, ya que pueden manifestarse de muchas maneras, incluso a veces imperceptibles.
La manifestación de los celos infantiles puede producirse a través de conductas de aislamiento, de infelicidad, agresivas o tanto si el niño tiene un apego excesivo hacia sus padres, que antes no tenía. Si notamos en el pequeño, cambios de humor injustificados, tristeza habitual, llantos excesivos y que siempre alude a ‘no sentirse querido’, probablemente esté sintiendo celos.
También pueden aparecer conductas que antes no desarrollaba, como volver a hacerse pis en la cama o factores relacionados con el sueño y la comida. Otro de los síntomas más claros, es negar por sistema sus errores y culpabilizar siempre al otro hermano. Hay que intentar detectar a tiempo estos celos, para frenarlos lo antes posible, ya que pueden desencadenar problemas irremediables en ambos hermanos para todo la vida si no hacemos nada para evitarlo.
Qué hacer si tiene celos...
Una vez que está más que comprobado que nuestro hijo tiene celos de su hermano, debemos intentar cambiar la situación. Lo esencial es conocer por qué pueden aparecer esos celos, si estamos haciendo algo mal, a la hora de educarles.
Para combatir los celos entre hermanos es fundamental intentar establecer un equilibrio en el trato hacia ambos, de forma que no hay nunca una preferencia hacia ninguno de los dos. Además, una buena estrategia es aumentar el tiempo de actividades y juegos en familia, para mejorar la comunicación de todos sus miembros y estrechar los lazos familiares.
En los momentos de conductas celosas, lo mejor es retirar la atención que se le está prestando al niño, para que vea que utilizando esos métodos no va a conseguir absolutamente nada, incrementando esa atención en el momento en el que se produzcan las conductas positivas después de los celos.
Que nuestros hijos desarrollen celos infantiles entre ellos es complicado de solucionar, aunque simplemente observando nuestras pautas educacionales podemos solventar muchos de los problemas. Aún así, si los cambios que podamos hacer en casa no tienen ningún efecto, siempre es bueno consultar a algún especialista que seguro que nos ayudará de forma positiva.
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