¡Felíz día de la Madre a todas!
Ya se que no suelo pasarme por el blog en domingo, pero no encuentro una fecha más especial para contarte lo que ha significado para mí esta semana pasada. Y es que mi relación con mi madre hacía tiempo que era bastante inexistente, porque hemos tenido nuestros problemas y discrepancias en los últimos años. Luego está la distancia, que también hace que las relaciones se deterioren.
Si bien no he superado todos los rencores, a lo largo de esta semana preparándole un regalo junto a mis dos hermanas y mi hermano, he podido acceder a una nueva perspectiva de lo que fue para mi madre su maternidad y su relación de pareja, y recuperar muy buenos recuerdos de ella.
Mi madre para mí siempre ha sido un ejemplo a seguir, de hecho si de algo me siento orgullosa es de parecerme a ella en cuanto a mi forma de criar a mis hijos se refiere. Era muy alegre e infantil, le encantaba reir y hacer el bobo para que los demás rieran.
Fue de esas madres que deciden no trabajar hasta que los hijos son más o menos grandes y cuando trabajaba destinaba todas sus horas libres a disfrutar con y de nosotros: íbamos a patinar, montar en bici, al campo a pasear, hacíamos pases de modelo, maratones de Médico de Familia acompañadas de pizzas caseras rectangulares… Con ella podíamos ser nosotros mismos, nunca intentó cambiar nuestra forma de ser, nos aceptó a cada uno con nuestra personalidad.
Cuatro hijos no se crían así como si nada, era bastante paciente y se imponía cuando tenía que hacerlo, aunque siendo más mayores ya nos daba un poco la risa cuando nos lanzaba la zapatilla con malísima puntería o nos daba un manotazo con la mano hueca. Hacíamos el teatrillo para que no se sintiera mal o no intentara hacerlo con más fuerza y a la vuelta nos partíamos.
Generó con nosotros una relación de confianza que no se si seré capaz de llegar a tener con mis hijos, porque a ella podíamos contarle todo y nunca juzgaba lo que habíamos hecho, trataba de ponerse en nuestro lugar y si era algo muy gordo nos castigaba o nos hacía ver que estaba muy decepcionada con nosotros, y eso era suficiente para que entendiéramos nuestros errores, al menos en mi caso.
Pero lo que más me fascinaba de ella era su forma de conectar con los niños con sus historietas. Nos contaba miles de historias inventadas en la que ella, como protagonista había realizado magnificas hazañas como: viajar al planeta Oxilon (tenía hasta una piedra con petroglifos para demostrarlo ), cambiarle los pañales a Wonder Woman, entrenar a Hércules, enseñar a nadar al campeón de natación más grande que existe… y todo lo que se le ocurriera. Cuando dudabas de lo que contaba era más divertido todavía porque podía mantener su extravagante historia y justificarte todas las dudas que tuvieras.
Tenía mucha imaginación y la usaba además de para fliparnos con sus historietas, para inventar y escribir cuentos.
Así que por el día de la madre, entre todos los hermanos decidimos cumplir un sueño que por falta de tiempo, medios o recursos económicos ella no pudo hacer realidad: Ver sus cuentos publicados.
Hemos recopilado tres cuentos escritos por ella que hablan sobre el respeto, la convivencia y la paciencia. Son cuentos infantiles narrados de forma muy sencilla que llevaban años escritos en folios desgastados y con ayuda de sus nietos los hemos ilustrado para hacer su sueño realidad y aquí está:
Los cuentos de la Abuelita Nola.
Me consta que ya le ha llegado y ha sido emocionante e inesperado para ella. Me dijo que incluso había llorado de alegría, y me alegro mucho.
Dentro del libro hemos dejado algunas hojas en blanco para que los niños que lo compren puedan, tal y como han hecho mis hijos ilustrar libremente los cuentos. Si te animas a comprar el libro puedes mandar tus ilustraciones a info@elbalancepositivo.com y con todas ellas crearé una galería de imágenes en el blog para que todo el mundo pueda disfrutarlas.
En la barra lateral dejaré el enlace para adquirir el libro justo debajo del enlace para mi libro: La reina sirena.
Mamá si me llegas a leer quiero que sepas si no lo sabes ya que te quiero mucho, aunque estemos lejos y no hablemos demasiado, aunque no pensemos de la misma manera y cada una vea sólo su punto de vista, valoro mucho todo lo que hiciste por nosotros hasta que fuimos adultos. Sin tí no habría equilibrio en mí.
¡Feliz día!
La entrada Los cuentos de la Abuelita Nola aparece primero en El Balance Positivo.