¿Cuánto tardaré en recuperarme de los dolores pélvicos después del parto?
¿Por qué me duelen las caderas y las ingles ahora que estoy embarazada? Es una pregunta que todas las mujeres se hacen.
Las dos mitades de la pelvis se conectan por delante a través de una articulación rígida llamada sínfisis púbica. Esta articulación está reforzada por una densa red de ligamentos, lo que quiere decir que, bajo condiciones normales, se producen muy pocos movimientos. Para que tu bebé pase a través de la pelvis más fácilmente, tu cuerpo produce una hormona llamada relaxina, que ablanda los ligamentos de la pelvis. En consecuencia, estas articulaciones se mueven más durante el embarazo e inmediatamente después de éste.
Cuando se produce dolor de pelvis durante el embarazo, se dice que hay una disfunción de la sínfisis púbica. No sabemos con exactitud qué causa este problema, pero actualmente se cree que si un lado de la pelvis se mueve más que el otro cuando caminas o mueves tus piernas, esto puede causar dolor e inflamación en la sínfisis púbica. Puede que los rayos X y las ecografías no diagnostiquen el problema, dado que esta rotación no se ve en la mayoría de las ecografías.
Muchas mujeres con disfunción de la sínfisis púbica padecen un fuerte dolor sin que se produzca ninguna separación importante de la articulación, ya que la cantidad de dolor no está relacionada con el grado de separación. El dolor se puede sentir en la zona púbica, la ingle, las caderas o la parte inferior de la espalda.
Una afección relacionada es la diástasis de la sínfisis púbica en la que la articulación púbica se afloja y deja un espacio más ancho de lo normal entre los dos huesos coxales o ilíacos. El espacio promedio entre los huesos en una mujer no embarazada es de 4-5 milímetros (mm) y durante el embarazo es normal que este espacio se ensanche en 2-3 mm. Si el espacio es de 10 mm o más, se diagnostica diástasis. Ésta es una afección rara y se puede diagnosticar solamente con rayos X.
¿Cuándo ocurre?
La disfunción de la sínfisis púbica puede aparecer hacia el final del primer trimestre o después del parto. Muchas mujeres notan los síntomas por primera vez aproximadamente en la mitad del embarazo. Si tienes esta afección durante un embarazo, es más probable que se repita la próxima vez que quedes encinta.
Los síntomas pueden también aparecer más temprano y progresar más rápido, de modo que es importante buscar ayuda lo antes posible. Puede serte útil dejar que desaparezcan los síntomas del embarazo antes de intentar concebir otro niño.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes son:
dolor en la zona púbica y en la ingle.
Es posible que también padezcas dolor de espalda, dolor pélvico posterior o dolor de cadera.
Es común sentir un chirrido o un chasquido en la zona del pubis y el dolor puede bajar al interior de alguno de los muslos o sentirse entre las piernas.
Éste por lo general empeora al separar las piernas, caminar, subir o bajar las escaleras, o dar vueltas en la cama.
Es normal que aumente durante la noche y puede que no te deje dormir.
Levantarte para ir al baño en el medio de la noche puede resultar muy doloroso.
¿Cómo se diagnostica?
Se diagnostica mediante una combinación de tu propia descripción de los síntomas y una serie de pruebas que tienen como finalidad estudiar la estabilidad, los movimientos y el dolor en las articulaciones de la pelvis.
¿Cómo se trata?
El uso de un cinturón de soporte o una faja para la pelvis puede muchas veces proporcionarte un rápido alivio. Puede que necesites movilización (una forma más delicada de manipulación) de la cadera, espalda o pelvis para corregir cualquier disfunción subyacente de movimiento.
Los ejercicios — especialmente para los músculos del abdomen y del suelo pélvico — constituyen una parte importante del tratamiento y están dirigidos a mejorar la estabilidad de la pelvis y la espalda. La hidroterapia puede ser útil algunas veces. La cirugía sólo se usa para tratar los casos más graves de diástasis y con frecuencia no da resultado.
También puedes pedir consejo a tu ginecólogo, matrona o fisioterapeuta (si es que el médico te ha referido a uno para tratamiento) sobre qué hacer para que las actividades normales de todos los días sean menos dolorosas y cómo lograr que el parto sea más fácil.
Ellos te pueden ayudar a idear un plan de nacimiento que tenga en cuenta los síntomas del dolor de pelvis. Otras terapias que pueden ser útiles incluyen la osteopatía y la quiropráctica, pero es esencial que veas a un médico que tenga experiencia en tratar a mujeres embarazadas.
Consejos de autoayuda
No trates de forzarte a realizar una actividad si te está causando dolor. Si es posible, deja de hacerla. Si continúas y el dolor empeora, puede ser más difícil encontrar una forma de aliviarlo después.
Muévete poco, pero con frecuencia. Puede que no sientas los efectos de lo que estés haciendo hasta última hora del día o hasta después de acostarte.
Descansa regularmente sentada con la espalda recta y bien apoyada.
Evita levantar o empujar cosas pesadas (los carritos de los supermercados suelen provocar un dolor fuerte).
Cuando te vistas, siéntate para ponerte la ropa, por ejemplo cuando te pongas la ropa interior o los pantalones. Colócate la ropa por los pies y después ponte de pie para subírtela. No trates de poner las piernas dentro de los pantalones, faldas o ropa interior mientras estás de pie.
Cuando subas escaleras, hazlo un escalón a la vez. Sube un escalón con la pierna más ágil y luego coloca la otra pierna junto a ésta. Repítelo con cada escalón.
Evita separar las piernas y hacer movimientos bruscos que hagan que éstas se abran demasiado, como cuando entras o sales de un auto o de la tina. Si necesitas separar las piernas, hazlo lenta y cuidadosamente.
En lo posible, evita nadar estilo braza y ten cuidado con los otros estilos. Mientras estás en el agua puede parecer que la natación te ayuda, y, sin embargo, te puede provocar un incremento del dolor cuando sales.
Hacer ejercicios Kegel y ejercicios para el abdomen inferior regularmente te puede ayudar a reducir la sobrecarga sobre la pelvis durante el embarazo. Para hacer de manera sencilla y sin riesgos un ejercicio para el abdomen inferior, colócate sobre las manos y rodillas y nivela la espalda de manera que quede prácticamente plana. Respira profundamente y luego a medida que exhalas, haz un ejercicio de Kegel y al mismo tiempo introduce y saca tu ombligo. Mantén esta contracción por unos 5-10 segundos sin dejar de respirar y sin mover la espalda. Relaja lentamente los músculos al final del ejercicio.
Sigue los consejos de nuestro artículo acerca de cómo proteger tu espalda y pelvis.
¿Cuánto tardaré en recuperarme de los dolores pélvicos después del parto?
Un estudio reciente mostró que alrededor del 60 por ciento de las mujeres con disfunción de la sínfisis púbica experimentan aún algunos síntomas después del parto. En la mayoría de las mujeres los síntomas mejoran después del nacimiento del bebé, aunque un pequeño porcentaje siguen teniendo dolor al año de nacer la criatura.
Es muy recomendable continuar con fisioterapia después del nacimiento y, si es posible, conseguir ayuda para cuidar a tu bebé durante las primeras semanas. Algunas mujeres que han padecido estas dolencias descubren que experimentan dolor cada mes justo antes del periodo, lo cual es provocado por hormonas que tienen un efecto similar a la relaxina.
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