Conozco varios casos cercanos de niños y adolescentes que de bebés eran chiquititos, bajitos y frágiles, y parecía incluso, que estaban cerca de la enfermedad o desnutrición. Puedo imaginar lo frustrante que es esto para unos padres que lo dan todo, literalmente, para que sus hijos se alimenten y estén sanos. Sin embargo hoy, estos chavales, son de los más altos y fuertes de la clase. Hacen deporte, comen bien y en nada se parecen a aquellas figuras frágiles que fueron en su día. Por lo tanto, mamás y papás obsesionados con el tema percentiles, ¡paciencia! que nada es definitivo.
Aunque, muchos padres sienten la necesidad imperiosa de meter a su bebé en la farmacia cada vez que pasan por una, para medir y pesar a sus bebés, los expertos lo desaconsejan. ¿Por qué?
La razón es obvia. Ni es necesario hacerlo todos los días, ni tienes por qué ir a la farmacia a hacerlo. El pediatra lo hará por ti en cada revisión médica.
Al principio, cuando estéis aún en la maternidad, se le pesará y medirá ahí, mientras que después se procederá a una revisión periódica que le hará su pediatra cada 'X' tiempo.
Para la altura, más de lo mismo.Los médicos piden calma a los padres que ven que sus hijos tienen un ritmo de crecimiento lento. Cada niño es un mundo, y las diferencias entre bebés de la misma edad, no tienen por qué ser determinantes.
Otra duda en torno a la altura: se suele decir que los bebés ganan en torno a los 2 y los 4 cm durante el primer mes, pero a medida que vayan creciendo, la ganancia de peso será menor. El tipo de alimentación es condicionante, pero repetimos, hay otros factores en juego, su ritmo de crecimiento, su herencia genética o el entorno social del niño.
Como siempre, desde aquí, lo que recomendamos es informarse en el médico, en este caso, pediatra de vuestro hijo.
¿Alguna lo pasó mal con este tema y ahora está tranquila?