Como sabemos, el autismo y todos los diferentes grados del espectro (TDAH, síndrome de Asperger, Trastorno desintegrativo infantil o de desarrollo) han aumentado en los últimos años. El tratamiento que nos ofrece la medicina convencional es bastante limitado con resultados igualmente limitados. Lo más importante es detectarlo lo antes posible puesto que, cuanto antes comencemos a tratarlo, los resultados serán mucho más rápidos y concluyentes.
Desde luego que cada caso es un mundo, y aunque hay síntomas comunes en todos ellos, también existen muchos síntomas particulares que cada persona desarrolla de manera individual.
Uno de los aspectos más importantes que destacaría es el tema de las intolerancias alimentarias por una marcada inhabilidad para eliminar toxicidad. Es por este motivo que alimentos tan difíciles de integrar como la leche de vaca o el gluten, son potencialmente nocivos para estas personas, además de acentuar los síntomas.
Se ha debatido mucho sobre el tema de las vacunas, por el hecho de contener sustancias tóxicas y neurotóxicas como mercurio, aluminio, etc. como conservante o para aumentar la estimulación del sistema inmune al antígeno. En muchos casos, lejos de conseguir éste último, las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras; estas toxinas se alojan en el organismo incluído el cerebro, provocando serias disfunciones.
Desde la cuántica, tenemos en cuenta que toda toxicidad impide una fluidez energética; es decir, todo tóxico ejerce como disruptor de información, impide que la Información fluya en nuestro organismo. En el caso de A.B.H, paciente en la actualidad de 4 años de edad, sus padres reaccionaron pronto. Observaban que sus digestiones parecían no ser adecuadas, lloraba y apenas dormía. Le habían llevado en repetidas ocasiones al hospital para realizarle pruebas diagnósticas y parecía estar todo bien, pero ellos sabían que algo sucedía.
Es muy importante la actitud de los padres; no se trata de buscar “culpables” sino de “actuar”.
Por su corta edad, durante las primeras sesiones las terapias se llevaron a cabo desde la madre, es decir, la madre acude con su bebé y lo tratamos colocando, en este caso, los conectores a la mamá. Lo hacemos así porque los bebés y sus mamás siguen siendo “uno” durante un periodo posterior al nacimiento. Así como el tratamiento oral de homeopatía que se le puede dar directamente al bebé o bien a través de la madre.
Cuando A.B.H cumplió 2 años no decía ni una palabra, su padres pensaban que nunca podría hablar. Comenzamos con las terapias de Superaprendizaje para el lenguaje, habilidades matemáticas, motivación y memoria complementando con homeopatía. A los tres meses comenzó a hablar. En el plazo de un año hablaba no un idioma sino dos; el paterno y el materno, con un progreso bastante superior al de cualquier otro niño. A los 3 años aprendió a leer y escribir, incluso comenzó a realizar progresiones aritméticas. Actualmente es un niño con unas capacidades intelectuales y de aprendizaje superiores a la media, y sigue tratándose con terapia cuántica.
El tratamiento consiste en terapias de biofeedback con el sistema Quantum Scio, Homeopatía y algunos cambios en hábitos y alimentación con una media en visitas de una vez al mes. La medicación química crea mucha toxicidad lo que reduce su eficacia; la terapia cuántica logra restablecer los vínculos de reconexión que son necesarios para la interrelación social y el desarrollo de sus habilidades intelectuales, así como la estimulación para eliminar toxicidad en el sistema y su regeneración.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.