Existen estilos de padres, los que dan de comer primero a sus hijos y luego comen ellos, los que comen como "pajaritos" es decir rara vez se sientan a la mesa a comer, los que comen con el bebé pero no se relajan y los que disfrutan de la comida en familia. Estos últimos son mis preferidos, pero ¿como llegar a eso?.
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Cuando decidimos ser padres, una de las cosas que conversamos fue que queríamos tener cerca a nuestro bebé en todo momento, incluso en las comidas familiares, debido a los horarios laborales, el único momento que coincide toda la familia es durante la cena, así que esta es nuestra comida familiar, aunque como diga el dicho "hay que cenar como un mendigo".
No importa la cantidad que se cene, ni si el bebé está por la labor de comer, es importante acostumbrarlo desde bien pequeñito a comer en familia, ¿cómo?, hoy en día hay muchos recursos, como unas tronas evolutivas que tienen una hamaquita que se coloca a la altura de la mesa, así el bebé que ya habrá tomado el pecho podrá ver a sus padres comer. Otra forma es que uses un foulard o cualquier elemento de porteo que te permita tener al bebé cerquita de ti y las manos libres para comer, si no tienes estos elementos, simplemente colócalo en su carrito lo mas cerquita a ti y con visión hacia los comensales, o si no estáis muy cansados y te apañas bien con el bebé en brazos pues mantenlo en tu regazo, lo importante es que vea que se toman alimentos y se llevan a la boca, esto si lo haces desde el minuto cero del bebé en casa, le estarás enseñando que las comidas son en familia, que en la mesa hay cosas que la gente puede comer y le despertarás el interés por hacerlo el también.
Cuando son un poco mayorcitos, ya los puedes sentar en su tronita, hazlo sin importar que no tengan apetito, que ya hayan comido, o que debas darle su comidita al mismo tiempo que comes tú, el objetivo es que se familiarice con la actividad. No esperes solo a la comida familiar, tanto si es bebé como si ya tiene doce años, invítalo siempre a la mesa, en cualquier comida, le crearás el habito y también te divertirás mucho con sus peticiones, deseo de comer e investigar y sus reacciones con los alimentos, y que te digo de cuando comienzan a hablar, tendrás a un divertido acompañante dispuesto a amenizar la velada.
Si crees que vas a utilizar una técnica como baby led weaning, esta es la clave del éxito, porque a partir de los seis meses puedes introducir alimentación complementaria, y al tenerte de modelo desde su nacimiento hasta ese momento, tu bebé está deseoso por comer lo mismo que tú.
Comer en familia refuerza los lazos de amor entre sus miembros, en una comida, se conversa, se ríe, puedes lograr que te cuente su día, escucharlo, hacer que tu hijo se sienta comprendido, importante, parte del núcleo familiar, las comida familiar no solo alimenta el cuerpo, también el alma y las relaciones entre padres, hijos, abuelos y quien comparta la mesa en la ocasión.
Si eres constante en desarrollar este hábito, cuando tus hijos sean mayores querrán comer con sus padres, y aunque el fantasma de la adolescencia campe en ciertas edades, será mas fácil pedirles que se sienten a comer y establezcan relaciones con el resto de la familia, recuerda que tu bebé crecerá no siempre será ese gordito simpático que se ríe todo el día, así que una forma de prepararse y crear puentes para la etapa difícil es estableciendo actividades familiares, ésta es sencilla, no cuesta nada y con ella se gana muchísimo,