¿Qué debo hacer para que el momento de la comida no sea el momento de la tortura? es algo que nos preguntamos muchas madres. A continuación comparto contigo algunas estrategias que nos podrían ayudar a ser más cálido y armonioso este momento.
El niño necesita del acompañamiento del adulto, dependerá mucho de nuestra disposición, ganas de acompañar y de nuestro estado de ánimo para poder estar y acompañar a nuestro hijo.
Crea un ambiente cálido, agradable y bello que sintonicen en un dialogo positivo.
Establece el tiempo necesario para este momento. Ten en cuenta la dinámica, lo que demora tu hijo en comer, recoger los platos, limpiar y poner la mesa, etc.
Dale la posibilidad a tu hijo de explorar los alimentos y experimentar con las texturas sabores y olores. Si es aún pequeño utilizará sus manos, se prudente y observa cual es su intención, que hace, que quiere descubrir. Recuerda que este también es un momento ideal para el aprendizaje.
Debes ser tolerante ante el rechazo de algún alimento o ante algún accidente como un derrame, caída, etc.
No lo fuerces terminar toda la comida, comer debe ser un acto placentero
Podrías poner en práctica hábitos de alimentación como el uso adecuado de los cubiertos y vajilla. Los niños aprenden por imitación, modela para él.
Incentiva su colaboración para poner la mesa, recoger los platos, de esta manera fomentarás su autonomía, así como también puedes hacer uso de tu creatividad para enseñarle algunos contenidos como tamaños, formas, conteo, cantidades, relaciones, etc.
Debemos considerar la hora de la comida, como un momento para establecer vínculos con nuestros hijos, conversar sobre cómo nos fue en el día y compartir, haciendo de este tiempo un espacio de intercambio agradable.
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