Creo que con tanta locura se me ha pegado un poco, que ante sus episodios de euforia, luego de gritar y gritar termino riéndome, de la situación, de mí, de mi impotencia, de su alegría, de su despreocupación por los gritos de su madre. Como mamá a tiempo completo, tengo el privilegio de gozar de todas, pero toditas sus locuras, te cuento algunas:
Le encanta la casa limpia y colabora con la limpieza recorriéndola toda de pancita, incluso la cocina. Tenemos el piso limpio y reluciente. Su deseo de limpieza se aplica en cualquier lugar: casa de familiares, supermercado, centro de estimulación, todo? últimamente hasta la vereda de la calle.
Si quiere llamar la atención de su mamá, le da por donde más le duele: ¡el celular!, es tan veloz que al menor descuido se lo lleva y lo presiona una y otra vez hasta que la mamá vaya al rescate. Un par de veces encontré a mi celular "convulsionando", no dejaba de vibrar, estaba bloqueado y no lo podía reiniciar, era mi celular nuevo y casi lloro.
Dejó de lactar hace cinco meses aproximadamente, pero últimamente se le ha dado por pedir "teta" pero a modo de juego y lo hace también en la calle y como es veloz y tiene más fuerza, me ha tomado por sorpresa en varias ocasiones y he reaccionado cuando su manito ya estaba rebuscando debajo de mi polo.
Le encantan jugar abrazando y besando, con cosquillitas y cariñitos, pero no se mide y en su alegría me ha dado incontables cabezazos y patadas en la cara y cuerpo que vaya que duelen. Ahora mismo, tengo el labio con tres heridas, dos de ellas producto de patadas de alegría durante nuestro juego matutino en la cama y la tercera producto de un cabezazo, mientras lo abrazaba y a él se le ocurrió saltar.
Nunca me ha dado problemas para bañarse, sí para salir del baño. Patalea, salta, chapotea y moja todo mientras grita y se ríe. Yo trato de controlar al loco calato con mucho cuidado temiendo que en tanto movimiento se me resbale o algo peor, pero tratar de controlarlo es como inyectarle más energía.
Y así pasan los días con mi loquillo. En ningún momento en mi vida tuve tanta emoción como ahora, es como una montaña rusa, incluso en los momentos "tranquilos" una se preocupa por que de seguro algo se viene.
¿Y cómo te va con las locuras de tu nenit@?
Esta entrada ha sido inspirada por la iniciativa de Baberos y Claquetas. ¡Anímate a participar!