La ansiedad se contagia al igual que la calma. Como madres necesitamos mecanismos que devuelvan la calma a la familia y en especial a nuestros pequeños. Uno de estos mecanismos son los Abrazos.
Abrazar le permite a tu hijo sentirse seguro, escuchar tu corazón, tu respiración y como en el porteo el bebé o el niño se siente contenido y amado. El abrazo es para el niño como volver al putero materno, y para mamá también es beneficioso porque nos volvemos a sentir conectadas a nuestros hijos.
Venezuela está viviendo una etapa socio política muy movida, las rutinas se han perdido y vivimos en una ansiedad constante por todas las situaciones adversas que transitamos.
Hoy me topé con este texto que habla del poder de los abrazos en la web Terramater, escrito por la Psicóloga Infantil Margot Sunderland, donde nos habla de las hormonas y como se activan con el abrazo y qué pasa con el estrés y la ansiedad:
Cada uno de nosotros tiene su propia farmacia de lujo al precio más económico, que produce todos los medicamentos que podemos necesitar para el buen funcionamiento del cuerpo y la mente”. Las hormonas y sustancias que nuestros cuerpos y cerebros producen nos permiten prosperar. El problema es que, por culpa del estrés en la infancia, mucha gente nunca encuentra los medicamentos más sofisticados de la “farmacia de la mente”.
Cuando en el cerebro predominan los opioides y la oxitocina, el mundo es un lugar cálido y acogedor.
Por otro lado y al igual que pasa con el estrés en adultos, embarazadas, los niños que experimentan periodos prolongados de ansiedad, rabia, estrés generan altos niveles de cortisol, y la presencia de esta hormona en tu cuerpo te genera la sensación contraria a la felicidad y tranquilidad.
El alto nivel de cortisol nos hace sentir abrumados, temerosos y desdichados, tiñe nuestros pensamientos, sentimientos y percepciones con una sensación de amenaza o terror inminente, como si todos nuestros actos fueran demasiado graves.
La oxitocina que es la hormona del amor se libera con el contacto físico, es esa hormona que las madres producimos en niveles altísimos durante el parto y con el abrazo también se activa.
No podemos inyectar oxitocina a los niños y adultos, porque la sustancia no viaja al cerebro. Tampoco la podemos administrar por vía oral. ¡Solo el cálido contacto humano puede activar en el cerebro la liberación de estas sustancias! Si queremos que los niños sean capaces de sentirse tranquilos y seguros en el mundo, debemos asegurarnos de que el contacto físico reconfortante y el consuelo físico cuando hay estrés formen parte integral de su vida.
Cualquier tipo de contacto físico cálido entre padres e hijos tiene efectos positivos
Los abrazos y los mimos, los pequeños apretones afectuosos, los masajes infantiles y dormir en los brazos de mamá tienen un efecto maravilloso en los pequeños. Todos estos momentos compartidos con una madre o un padre afectuoso activan los opioides y la oxitocina en el cerebro infantil. Cuando el niño reposa junto a una madre tranquila, habrá una cascada de oxitocina y opioides en su cerebro. Esto será delicioso y satisfactorio para ambos. Para que esto ocurra, es importante que la madre esté relajada. Hay que controlar los estados de ánimo, porque estar junto a la niña o el niño estando ansiosa o tensa provocará en ella o él la secreción de sustancias químicas estresantes.
No hay edad para dar o recibir un abrazo, los bebés, niños, adolescentes, amigos, pareja, familiares, el abrazo siempre será beneficioso para lograr la calma. Abraza a tus hijos cada vez que puedas, en especial si están viviendo momentos difíciles. ¿Cuándo? cualquier momento es bueno, cada mañana al despertar, antes de ir al cole, cuando regresa contento porque ganó el partido de fútbol, o cuando está molesto porque no logró su objetivo, antes de dormir, o simplemente porque quieres decirle te quiero hijo.
“El abrazo le demuestra que no está solo, que puede contar con nosotros, y le anima a abrirse para que pueda expresar sus sentimientos. Así pues, le permite recuperar ese equilibrio interno, que en ocasiones los pequeños no se ven capaces de gestionar. La seguridad y protección que le aportan sus padres con un abrazo puede parar conductas disruptivas inminentes de un momento dado”. esto lo dice Kathleen Keating en su libro La Terapia del Abrazo”.
Andrea Pacheco @voyasermama