En estas rebajas yo ya no quiero ná!! Tirorirorá, tirorirorá… Así empiezo el año, bailando con Lola Indigo. Y no lo hago para bajar el roscón, cordero, turrón de chocolate con cacahuete frito y miel (mi perdición de estas navidades)… Lo hago encantada de la reflexión a la que he llegado en estas fiestas. Cuando el día 1 de enero me desperté con mi Santo a un lado y la Princesa al otro, brillaba el sol, no tenía resaca, me lo había pasado muy bien el día anterior y el día que estrenaba prometía… entonces pensé ¿qué más puedo pedir? Nada, no puedo pedir nada más a la vida.
Como no podía ser de otra manera, el 7 de enero todos los informativos hablaban de rebajas. Y veías a la gente otra vez en la calle comprando compulsivamente cosas que, seguramente, no necesitarán. Y yo cantaba por lo bajini… Yo ya no quiero más! Porque, ¿para qué más? ¿Otro pantalón? ¿Otros zapatos que se unan a los 3, 4, 5, 6 pares que tengo en el armario? ¿otro bolso? ¿otra chaqueta? Pues no, no lo necesito.
Cuando en lugar de cantar lo digo, yo para qué quiero más cosas, retumba en mi cabeza la voz de mi abuela cuando cada Nochebuena decía lo mismo, apostillando que eran sus últimas navidades. Y si te digo la verdad, me asusto mucho, ¿tan mayor me estoy haciendo? Pero luego pienso que no es cuestión de edad, es cuestión de mentalidad.
Consejo vendo, que para mi no tengo que reza el dicho. Y razón no le falta. Nos hemos hartado de leer estos días infinidad de post sobre los niños hiperregalados, cómo aplicar la regla de los 4 regalos, o el de un regalo por casa o tantos otros. Pero ¿y nosotros? Nos aplicamos eso de ¡¡tenemos tantas cosas que para qué necesitamos más!
Tú que me estás leyendo recuerda, menos es más. Si necesitas unos zapatos, aprovecha las rebajas y cómprate unos buenos que te duren, gástate lo que puedas en un buen fondo de armario (de calidad y no de cantidad), un bolso que te sirva para cualquier ocasión… Y el resto inviértelo en vivir experiencias con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos.. Porque de eso, nunca hay suficiente.
Y ese es mi espíritu para el 2019. Así que si me ves que repito de ropa muy a menudo, piensa mal y acertarás. Es porque no tengo más y no quiero más.
¡¡Feliz miércoles!!