Hay varios tópicos acerca de los beneficios de la escuela infantil, que, al menos no son ciertos en niños menores de 24 meses, como que favorece el desarrollo social porque “hacen amigos y están con otros niños”. Antes de los 18 meses los niños se divierten mediante el “juego en solitario” y a partir de esta edad con el “juego paralelo” (juegan al lado de otros niños, comparten el espacio o juguetes, pero realmente juegan solos), por lo que queda claro que hacer amigos no es un factor a tener en cuenta antes de los 2 años de edad, y que hasta entonces hay muchas formas de relacionarse con otras personas de mayor diversidad de los niños y la educadora que hay en su aula.
Respecto al tema del desarrollo cognitivo, por supuesto que las profesionales poseemos amplios conocimientos para favorecer el desarrollo cognitivo y motor del bebé. Lo mismo ocurre con su desarrollo psicomotor, pero, tanto las mamis como las educadoras tenemos la suerte de contar con niños vienen programados y motivados para aprender, por lo que con un poco de interés y entusiasmo, una mamá puede poner al niño en contacto con un entorno rico de estímulos en el que su hijo desarrolle todas sus habilidades en estos dos primeros años (y si no se te ocurren ideas, siempre puedes consultarme ;).
Sobre el desarrollo afectivo de los dos primeros años de vida, claro que la educadora del aula puede ejercer como adulto de referencia y no quiero criticar la labor de mis compañeras (además de maestra, soy Técnico Superior en Educación Infantil). Hay educadoras cariñosas, maravillosas, empáticas y afectuosas? pero el tema de la ratio siempre hay que tenerlo en cuenta. ¿Te imaginas atendiendo las necesidades físicas y afectivas de octillizos (en el mejor de los casos) y además llevando a cabo un programa educativo? Claro que es necesario que el bebé tome conciencia de que forma parte de un grupo, pero hay otras formas de hacerlo que compartiendo un aula con 7 bebés más. La familia es el grupo del que formará parte siempre y además, el lazo afectivo que se crea madre e hijo, a diferencia del que se crea con su educadora, durará toda la vida.
Muchos países que son modelo educativo, favorecen que los padres sean quienes se ocupen de la educación de sus hijos los 3 primeros años de vida, como es el caso de Finlandia, donde sumando los permisos de la madre y el padre, se llega a los 36 meses de baja por paternidad. En nuestro país la baja de maternidad apenas supera los 3 meses y 20 días (sin embargo una escuela infantil, teóricamente, no puede aceptar bebés de menos de 5 meses? ¿qué pretende el gobierno que se haga durante ese tiempo con el bebé?); por no hablar de la lactancia materna? Si hay un punto de crítica, es hacia esta medida, y no a las madres que no tienen más remedio que separarse de su bebé para poder seguir pagando su casa o sus facturas.
Sin embargo, todavía quedan familias que pueden optar por no llevar a sus hijos a la escuela infantil y pasar con ellos los primeros años de su vida. Estos, muchas veces se encuentran con reproches, o se sienten culpables pensando que sus hijos serán más dependientes o menos sociales. Con este artículo solo pretendo transmitir tranquilidad a estas familias y por qué no, criticar que no se den facilidades para que este número sea mayor, ya que como dije a través de mis redes sociales: “pasar con tu hijo los dos primeros años de su vida es un privilegio, cuando debería ser un derecho”. Mientras tanto, si no puedes estar con tu hijo y has optado por matricular a tu peque en una escuela, aquí te dejo un enlace con 7 criterios para escoger la mejor escuela infantil para tu hijo, ¡espero que te sean de gran utilidad :)!.
Hay algo que sí que considero cierto. La escuela infantil te prepara para el colegio. Los niños aprenden a estar sentados, realizar las actividades que les indican, como les dicen y en el tiempo estipulado, a hacer las mismas cosas que sus compañeros en el mismo momento. Para poder llevar una clase con tantos niños es necesario un orden y la mayor parte de las veces las actividades y las rutinas deben hacerse “en serie”. ¿Es realmente necesario y recomendable comenzar con esto antes de los 2? ¿Es lo mejor para un niño tan pequeño? La escolaridad obligatoria comienza a los 6 años, un bebé de 24 meses todavía tiene 4 años para adaptarse a la rutina escolar. Podría comenzar a asistir al colegio a los 5 años y todavía tendría un curso entero para adaptarse antes del primer curso de primaria.
El prestigioso pediatra Carlos González, defensor de la crianza con apego, trata el tema de la “no necesidad” de la escuela infantil en este breve vídeo, que considero que no tiene desperdicio:
Pero, ¿qué es el apego?
El apego es un vínculo afectivo y especial que se forma entre la madre (o cuidador principal) y el niño. Este patrón va a definir un estilo de relación, que determinará el modo en que este niño se relacionará con las demás personas en su vida infantil y adulta, cómo establecerá pareja y cómo se relacionará con sus propios hijos. Por eso, este proceso, tan temprano, es tan relevante: por el impacto en la vida de la persona y de sus hijos.
Para la creación del apego, son necesarias distintas fases, que explico a continuación. Como siempre, las edades son orientativas, cada niño es único y las fases pueden variar de unos bebés a otros. Con permiso de mi amiga Laura, que estudió conmigo el Grado de Maestra en Educación Infantil, cojo prestados algunos de los apuntes de la materia de Educación Temprana que compartió en su blog Siempre mami. Como no, lo recomiendo a todas las mamás :). De su artículo “¿Qué es el apego?” he extraído las fases de desarrollo del apego y los factores que afectan a su desarrollo. Muchas gracias por tu aporte :D.
FASES DE DESARROLLO DEL APEGO:
ETAPA DE PREAPEGO (del nacimiento a 6 semanas): El bebé reacciona ante las voces más familiares, sin evidencia de reconocimiento concreto. Aplica sus reflejos innatos: llora, agarra. etc. Está en contacto con mamá, la empieza a reconocer, se refuerza el vínculo, empieza el apego.
ETAPA DE FORMACIÓN DEL APEGO (6 semanas a 6-8 meses): Distingue a la madre de otras personas. Pero no muestra muchas diferencias al separarse de ella, pueden sostener al bebé en brazos familiares y amigos, no parece que le afecte. Por este motivo muchos bebés que empiezan a acudir a la Escuela Infantil con 4-5 meses no lloran en la adaptación, no lloran cuando sus mamás se marchan y los dejan en la clase. Pero es probable que en pocos meses cuando los dejen en la misma clase, con la misma educadora, sí que lloren. Empiezan la etapa del apego.
ETAPA DE APEGO (6-8 meses a 18 meses 2 años) Esta es la fase de apego propiamente dicha. La búsqueda de la madre se hace imprescindible y es común que el bebé rechace el contacto físico incluso con un familiar cercano. Ya que el bebe quiere mantener la proximidad con la figura de apego y la distancia con los extraños.
FORMACIÓN DE RELACIONES RECÍPROCAS (de 18 meses 2 años en adelante) La aparición del lenguaje y la capacidad de representarse mentalmente a la madre, relajan su tendencia a seguirla. En adelante, podrá saber y entender por qué se ausenta mamá y ya es capaz de imaginarla y representarla. Su desarrollo cognitivo es mayor y puede comprender situaciones en las que mamá vaya a trabajar, o se ausente durante un rato, etc.
FACTORES QUE AFECTAN AL DESARROLLO DEL APEGO:
Características del niño y tipo de parto: Niños separados de sus madres durante horas dependiendo del tipo de parto (cesáreas, prematuros) o por causas de gravedad del bebé recién nacido. Puede afectar al tipo de apego, es muy importante no separar al bebé de su madre en los primeros momentos de su vida.
Separación maternal: Niños que al nacer por causas de urgencias han tenido que ser hospitalizados, esto supone una depresión analítica para el bebé y puede influir en las primeras relaciones.
Privación materna: Bebés que a partir del tercer o cuarto mes y el primer año no están con sus madres, o están un par de horas al día. Estos bebé manifiestan apego inseguro también con los cuidadores.
Calidad de la crianza: Depende mucho del tipo de crianza, del tipo de padres, nuestro apego será de un tipo u otro. Escuchar a nuestros bebés, acudir ante sus lloros, calmarles y acariciarles iniciaran un apego seguro.
La dependencia lleva a la independencia
Uno de los principales reproches con los que se encuentra una madre que no lleva a su hijo a la escuela infantil, es que éste se volverá más dependiente. Pues bien, una clave de la teoría del apego es que la dependencia de un niño se transforma con el tiempo en independencia. En otras palabras, sólo después de sentir que pueden contar con la presencia de sus padres -y percibir el mundo como un lugar seguro y accesible-, los niños logran desarrollar la seguridad necesaria para explorar su mundo plenamente y jugar por su cuenta.
Eso no es lo mismo que decir que un niño debe tener acceso a todo lo que quiere, sino que cuando el bebé expresa una necesidad o deseo, sus padres deben responder con una señal que le indique que está siendo escuchado.
¿Por qué es importante el primer año de vida?
Transmitir este mensaje al bebé tiene especial importancia durante el primer año, porque en esta etapa es cuando el desarrollo del cerebro del bebé crece a mayor velocidad. En particular el lado derecho del cerebro, donde se concentran las emociones, que es el que más rápidamente se desarrolla (este ritmo de crecimiento disminuye en el segundo año de vida). Aunque los bebés no recuerdan momentos específicos de estos primeros meses de vida, la base de sus emociones dependerá de las experiencias que experimente en esta fase.
Está demostrado que los niños que reciben afecto y buenos cuidados durante el primer año de vida desarrollan mejores aptitudes para controlar el estrés, forman relaciones más saludables, tienen mayor grado de empatía y mayor autoestima (te recomiendo este artículo al respecto). Puede decirse que cuentan con más posibilidades de disfrutar de una vida equilibrada y de sentirse realizados.
¿Qué pasa si no se crea un apego seguro?
Cerca del 35 por ciento de los bebés forman apegos inseguros. No les queda claro si pueden o no contar con sus padres y no se sienten seguros en su entorno. Como consecuencia, estos niños pueden volverse excesivamente dependientes, desesperándose cuando su madre o cuidador se aleja (apego ambivalente-resistente, 10% de los niños); o inadecuadamente independientes, llegando a ni siquiera parecer darse cuenta de la ausencia del adulto (apego evitativo 20%). Y también los hay que se comportan de manera asustada o caótica en presencia de sus padres. O mostrar signos de ambos tipos de apego inseguro (apego desorganizado-desorientado 5% de). Estos niños pueden ser más vulnerables a padecer problemas de ansiedad, rabia o depresión. También podrían mostrar dificultades sociales ?violencia y desobediencia- desmotivación escolar.
CONCLUSIÓN:
La primera infancia es, probablemente, la época más determinante en lo que a desarrollo emocional se refiere. En esta etapa los niños necesitan sentirse seguros, queridos y atendidos para formar una base emocional sana. Si este pilar no se forma puede derivar en consecuencias que afecten a su autoestima, sus relaciones sociales o su manejo del estrés y/o ansiedad.
Pensando entonces en los niños y en lo que es mejor para ellos, lo lógico sería que se favoreciese mucho más el dar la oportunidad a las madres y padres de que se pudieran dedicar al cuidado y educación de su hijo hasta que tuviera edad de ir al colegio.
¡PARTICIPA!
Y tú, ¿qué opinas de la escuela infantil? La consideras necesaria, recomendable o prescindible? ¡No dudes en dar tu opinión! Un fuerte abrazo y hasta el jueves.