La premisa de que los bebés tan chiquititos contraen enfermedades y virus muy rápidamente debido a sus vulnerables organismos, es la principal razón que se esconde tras esta obsesión por la limpieza.
Otros, sólo esterilizan durante los primeros 6 meses de vida, que para algunos expertos resultan clave en la salud de los bebés. Y es que, por debajo de esta franja de edad, es muy fácil que las bacterias invadan sus cuerpecitos y se pongan malos.
Otra tendencia muy común es la que de hacer matices dentro de la esterilización. Por ejemplo, esterilizamos el biberón, pero el chupete no. A éste último, en cambio, lo lavaremos con exhaustividad, mediante una esponja específica y a una temperatura adecuada para ello.
Y como siempre, los hay que deciden no esterilizar absolutamente nada, porque no lo consideran necesario, mientras extremen las medidas de limpieza de forma manual.
¿Vosotros cómo lo hacéis (o hicísteis) con vuestros bebés? ¿Esterilizáis todo? ¿Sólo el biberón?
Os dejo con un esterilizador de Philips Avent, ¡el patrocinador de nuestro último concurso!
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