El lunes pasado asistí a una clase especial que organizaron en mi gimnasio orientada a los bebés. El hecho es que Gala suele acompañarme en muchas ocasiones cuando voy a hacer deporte ya que estoy adscrita a un programa llamado Mamy’s Up enfocado a la recuperación postparto. Las clases se llevan a cabo en un pabellón del centro deportivo al que acudo y nos permite ir incluso con el carrito y así no vernos obligadas a las mamás a encontrar un canguro para que podamos salir a hacer un poco de ejercicio.
Como decía, el lunes, en vez de la tradicional clase de steps, nos dedicamos a interactuar con nuestros bebés y lo hicimos a través de la música. Por un lado, les cantamos canciones, bailamos con ellos en brazos, tocamos instrumentos, y también les hicimos suaves masajes al ritmo de diferentes melodías. Además, pudimos disfrutar de una actividad de forma conjunta con muchas otras mamás y bebés (éramos alrededor de 50), algo que también es muy positivo para su desarrollo.
La finalidad de la clase no era otra que potenciar el vínculo con nuestros hijos además de despertarles su curiosidad y las inquietudes ante el nuevo mundo que poco a poco van descubriendo desde que nacieron. Si he decidido compartir esta experiencia es para animar a muchas otras mamás a que interactúen lo máximo posible con sus bebés, a que les hablen, a que les den juego, en definitiva, a que les estimulen. Considero que es algo importantísimo para crear en ellos la necesidad de querer aprender y para que se conviertan en seres despiertos y alegres. Una de las cosas que más lástima me da es ver a padres que sólo les interesa que sus bebés duerman para que les dejen estar tranquilos y sí, yo también quiero que de vez en cuando duerma, pero no todo el día, porque también nos gusta pasar ratos con ella. He ahí lo más bonito de convertirse en papás, no?