Recuerdo aquello con nostalgia, más que nada porque mis padres arreglaron aquella parte de la casa con piedra blanca convirtiendolo en una zona útil para aparcar los coches así que ya nunca más salió hierba ni espiguillas ni pudimos rebozarnos por allí.
Pero si volvimos a jugar cuando dabamos un paseo en el campo, que por suerte en mi familia eran habituales.
Cuando allá a lo lejos veiamos alzarse tiesas y verdes nuestras espigas de la guerrilla, nos mirabamos de reojo y la más rápida se llevaba el tallo más largo y lanzaba a la otra todas esas flechas verdes que se quedaban pegadas al chandal como garrapatas. No te digo nada del pelo... que en aquellos tiempos se llevaban rollo cleopatra , y salias de aquello con el pelo alborotado y lleno de espigas, flores manzanilla y por aquella zona dabas gracias sino no caias en algun zarzal de moras...
Que risas, que tierna infancia... me encanta recordar aquello. !
Así que cuando Jaume y yo dimos un paseo y las ví no me pude resistir. Le dije a Jaume... mira se cogen así con dos dedos, los deslizas hacia arriba cogiendolas de punta para luego poder ...zaas!
Al principio se quedó mirandome y creí que se iba a poner a llorar porque le había llenado el pantalón de algo que él no conocía... pero rapidamente le cogió el truco y tuvimos nuestra primera guerrilla de espiguitas!!
Se reia tanto que tuvo que parar a mear dos veces! si es que con las cosas más simples podemos pasar un buen rato.!!