Claves para prevenir los trastornos emocionales de manera precoz
Si bien es cierto que la predisposición genética juega un papel importante en algunos casos, como es el trastorno bipolar, los hábitos saludables son imprescindibles para que el futuro adulto no padezca conflictos emocionales.
Desarrollo de la inteligencia emocional
La educación en emociones y asertividad es fundamental para que el niño pueda aprender a expresarse sin inhibición o agresividad. El mejor método es aprendiendo a expresar sus emociones y deseos de una manera pausada y creando un canal de comunicación abierto. Asimismo, el lenguaje no verbal apropiado o un vocabulario adecuado son claves en este proceso.
Resolución de problemas y tolerancia a la frustración
Se ha revelado que una gran parte de adultos nacidos de 1984 en adelante tienen problemas de gestión de emociones y baja tolerancia a la frustración. Entre las interesantes hipótesis que se barajan está la que marca que la generación nacida en las últimas décadas en España vive una contradicción entre lo que experimentan en sus hogares (sobreprotección, hedonismo, etc) y lo que viven después (conflictos laborales y personales, planes frustrados, etc). Para impedirlo, el entorno familiar debe mostrar al niño la importancia de afrontar los conflictos y de tolerar el fracaso.
Control emocional
Quizás es uno de los grandes problemas que existen en la actualidad. Los niños tienen dificultad para controlarse emocionalmente, en parte, debido a esa baja tolerancia a la frustración. Para aprender a evitarlo de manera precoz, la psicología cognitiva trata de reducir determinados pensamientos mediante la relajación, la respiración, las autoinstrucciones, posponiendo los impulsos o la expresión canalizada de las emociones.
Habilidades Sociales
El niño va a estar incluido en grupos durante toda su vida por lo que un correcto manejo de las habilidades sociales se convierte en algo que es primordial. Para lograrlo, las herramientas se dan desde la psicología cognitivo conductual en forma de esquemas y formas de actuar alternativas.
Horarios estables
En diversos estudios llevados a cabo por la Universidad de Harvard en su prestigioso Departamento de Psicología se ha llegado a la conclusión que la inestabilidad de horarios es una de las principales responsables del desarrollo de trastornos afectivos y emocionales en la edad adulta. Asimismo, también se ha constatado que quienes tienen horarios inestables tienden a padecer más problemas de insomnio, obesidad e, incluso, abuso de drogas y depresión. Por eso, es vital acostumbrar a los más pequeños a que tengan un horario estable que se mantenga todos los días.
Seguridad
Este factor va muy ligado al anterior. La seguridad del menor tiene mucho que ver con los horarios de comidas o la rutina en general. Si cada día se come a una hora de diferente es muy probable que ese niño crezca con unos niveles de ansiedad mucho más altos que en el caso de los niños que han tenido un hogar con horarios establecidos y que ha ofrecido una seguridad en lo que a cobertura de necesidades básicas se refiere.
Actividades estimulantes
Los niños necesitan estímulos para canalizar el enorme caudal de energía que tienen a su alrededor. Las actividades extraescolares o las salidas en familia son la base del conocimiento del medio para el menor. Un futuro adulto con intereses es un niño que tuvo estímulos a los que prestar atención.
Independencia supervisada
Aunque parezca contradictorio, el método de crianza más eficiente en la actualidad para conseguir que el futuro adulto sea más autónomo y feliz es la independencia supervisada. Esto se consigue ofreciendo apoyo emocional y afectivo al niño sin interferir en sus procesos de aprendizaje individual.
Si necesitas ayuda, nuestros psicólogos expertos en el área infantil podrán ayudarte a solucionar los problemas de tus hijos.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)