Hablemos de sexo, con nuestros hijos. Hablemos de cómo hablamos de sexo con nuestros hijos, cómo manejamos su educación sexual y cómo satisfacemos su curiosidad por estos temas. Y claro, seguro muchos saltarán y me dirán #ConMisHijosNoTeMetas que de eso me encargo yo. Bueno, pues, de verdad espero que se encarguen y que este post les sirva como una ayuda u orientación.
Es muy difícil hablar de sexo y sexualidad en una sociedad tan conservadora como la Limeña. Hablar de sexo es prácticamente tabú, y más aún cuando se trata de hablar de sexo con nuestros hijos o sobre nuestros hijos. Pero, si no lo hablamos entre nosotras, ¿con quién lo hablaremos?
Tengo una muy buena amiga que me cuenta que su hijo de 4 años estos últimos meses ha estado curiosísimo: “ha empezado a explorar su cuerpo y me pregunta cosas tipo: ¿mami, por qué siento cosquillas ricas cuando me toco mis partes privadas? Ha empezado a intuir que hay más que saber: “Mami cuando las luces se apagan ¿papi y tú se abrazan calatos? De otro lado, mis hijas de 4 y 5 años siempre me preguntan a qué edad se pueden dar besos en la boca, a qué edad se pueden casar, cómo se hacen los hijos y por dónde salen. Mi hijo de casi 8 años y que lee todo, leyó sobre la marcha del orgullo gay y me preguntó por bastante tiempo sobre la homosexualidad, el matrimonio y las relaciones homosexuales.
Traté y trato de contestar todo sin prejuicios y directo al grano, sin dar más información de la que piden, y lo más difícil; sin darles menos de la que necesitan, tal como sugieren los psicólogos, pero no es tan fácil, sobre todo con los temas que son tabú para mí misma.
Naturalmente, hay niñ@s más curios@s que otr@s y esto es normal. Hace unos días atrás recibí la angustiada llamada de una íntima amiga mía: su hija que está en pre-kínder había invitado a su mejor amiga a jugar a casa y en los 5 minutos en los que mi amiga bajó a la cocina: su hijita y su amiguita jugaron a la familia, se enseñaron sus partes íntimas y se tocaron. Mi amiga se enteró de esto porque apenas subió a chequear a las chicas su hija corrió a contárselo con cara de culpable. Mi amiga colapsó, primero porque ya le había explicado 500 veces a su hija que el CUERPO ES PRIVADO, y segundo porque tenía que contarle lo ocurrido a la mamá de la amiguita. Este tipo de cosas se cuentan sí o sí. Fue ahí que me llamó y conversamos largo rato al respecto y fue ahí que decidí conversar con una psicóloga infantil a la que respeto mucho.
Luego de una larga conversación con la psicóloga infantil quería compartir algunas conclusiones a las que llegué y que creo les pueden ser muy útiles, sobre todo cuándo lidian con pequeños curiosos y preguntones (como los míos y los de mis amigas):
1) Los niños son curiosos por naturaleza, es normal querer explorar e investigar. Si su curiosidad persiste, a pesar de que ya les hablé mil veces del tema, es porque no he satisfecho su necesidad de información.
2) Si yo no le doy las respuestas, las buscará en otro lado.
3) Mis tabúes les generarán tabúes a ellos. Entre las cosas que hablamos lo que más me sorprendió fue ver como mis propios tabúes y complejos influyen en mis hijos. Debo hablar con seguridad y sin complejos, sin ese miedo a la sexualidad que tengo y tenemos la mayoría de las de mi generación.
4) Si te ha pasado algo como lo que le ocurrió a mi amiga, no te alarmes. Los niños van a querer experimentar, es lo normal, es lo sano. Tienen que estar informados y tener un canal de conversación abierto con nosotras (o con sus padres) para que lo hagan a su ritmo y su necesidad, y no al ritmo o necesidad de la amiga o amigo.
Finalmente, espero que estos tips las hayan ayudado y les sean de utilidad. Personalmente, para mí es difícil hablar sobre algunos temas de sexualidad – sobre todo con mi hijo hombre – pero, reconozco que, si mis hijos no hablan conmigo o con su papá, buscarán información por otro lado, información que puede ser incorrecta o que puede no ser acorde con los valores que queremos inculcarles así que, caballero no más, tenemos que hablar de sexo.