La peor época fue a los 13 meses. Hubo noches en las que se levantó hasta 7 veces, sí ¡7 veces! Para alguien que duerme unas 10 horas en la noche, significa que se levantaba cada 1 hora y 15 minutos (y yo con ella). Por supuesto, después de esas noches yo era un zombie gruñón e iracundo. En las noches, dejé de tenerle paciencia. En varias ocasiones tuve que pedirle a mi esposo que él la vea porque yo estaba fuera de control. Al final, hice lo inconcebible: puse a la nana a dormir con ella. Sí, que horror una neuro_mamá como yo. Pero, ¿qué hacía? necesito funcionar en el día y no gritar a mi bebé en las noches.
Desesperada fui al neurólogo. El neurólogo sólo me dio tranquilidad, pues no ayudó en nada a que duerma mejor. Orgánicamente mi bebé estaba muy bien. Sus reflejos, su desarrollo, todo perfecto. ¿Por qué no dormía, entonces? Aparentemente, sufría de parasomnia, ¿ella también? (ver post acá) y no había nada que hacer más que esperar con paciencia a que se le pase, pues estos episodios se van solos en unos meses.
Bueno, pensé. No hay mal que dure 100 años. Mientras tanto, y a sugerencia de mi hermana, leí el libro: The
happiest baby on the block. Es una buena lectura, pero el sistema de hacer dormir que propone el autor, no me funcionó. Por otro lado, la nana desesperada llamó a una prima suya que vino a pasarle el huevo a mi hija y me enseñó a hacerlo. Se lo pasamos varias veces. Mejoro bastante, pero continúo levantándose unas 3 o 4 veces por noche. Igual, era demasiado. Quizá yo no lo estaba haciendo con fe, decía la nana. Decidí pasarle el alumbre. Mi familia es de Cajamarca, así que a mí me la pasaban de niña y era algo a lo que le tenía fe. Llamé a mi abuela, ella no sabía. Siempre fue la nana de mi papá (Mama Perpe, quien falleció unos años atrás) quién nos la pasaba. Cómo la extrañé. Fui donde el pediatra, quizá había un jarabe, algo que la hiciera dormir bien. Nada, pero me dio el número de una vidente. No miento, me dijo: "Prueba. A otra paciente mía, le funcionó. Había un fantasmita molestando a su hijo". Recordé lo que le pasó a mi prima. El espíritu de un niño no dejaba dormir a su hija. Claro, que su caso era más crítico pues, en las noches tiraban los juguetes de mi sobrina y prendían la radio de su cuarto. Pero, esa solución me da pavor. Además soy una ferviente católica, una cosa es pasar el alumbre, y otra cosa ya, lidiar con seres del más allá.
No llamé a nadie y me fui de viaje (ver postacá). Al regresar, pensé que ya habíamos superado las malas
noches. Es más, le dije a la nana que regresará a dormir abajo. Hasta que? unas noches atrás empezó de nuevo. Ahora, los gritos son de terror, llora fuerte y es difícil calmarla. Yo ya estoy cansada. No quiero leer más libros, no quiero pasarle el alumbre, ni mucho menos el huevo. Ya no quiero consultar al neurólogo, ni al pediatra y me niego rotundamente a traer una vidente a mi casa. Así, que con toda la fe del mundo intenté el último recurso: eché unas gotas de agua bendita de la virgen de Fátima en su cuna, y hace 3 noches atrás mi bebé duerme con el frasquito de agua bendita en una esquina de su cuna. Hace 3 noches que mi bebe duerme bien. Sin pesadillas, sin sobresaltos. Hace 3 noches, que estoy más tranquila y ya llamé al padre para que bendiga mi casa. Quizá, sí sea una cuestión de fe, como dice la nana, así que vamos para adelante con la fe que yo tengo. Y, si esto no funciona me volcaré a la medicina y esperaré a que su sistema de sueño madure, dicen que a los 2 años. Esperaré pues con paciencia, y con fe. Y, mientras tanto, toda la ayuda de este (y el otro) mundo que pueda recibir.