El barrio de Olivia busca poder ayudar a que los niños entiendan que nuestra sociedad es más grande que le barrio en el que viven. Si logramos que nuestros niños entiendan que existen muchos barrios diferentes, podrán valorar la diversidad como fuente de aprendizaje. Nuestra misión es compartir nuestra realidad y validar otras existentes.
El barrio de Olivia
Estoy muy de acuerdo con la misión que tiene el libro. Cuando uno lee con los niños el barrio de Olivia, en cada una de sus páginas habla de diferencias. Diferentes familias, diferentes casas, diferentes mascotas, diferentes gustos, diferentes deportes, o diferentes comidas o costumbres. Todos somos diferentes de los demás, y esa diversidad es la que enriquece nuestras familias, nuestros grupos de amigos, nuestros colegios, nuestros barrios.
Educar en la diversidad es para mi una tarea pendiente que tenemos todos, familias y colegios, y una tarea muy importante que deberíamos esforzarnos por mejorar. Personalmente, para mi educar en la diversidad abre la mente a un mundo mejor. ¿Porqué? Porque nos permite ponernos en el lugar de los demás. Un tiempo atrás hablábamos de este tema desde otra perspectiva con este otro libro.
Quizá nuestros hijos tengan la suerte de ir al colegio, de aprender, de poder practicar los deportes que les gustan, de tener una familia que los quiere. Pero hay otros niños que no. Entender que lamentablemente no todos tenemos las mismas oportunidades hoy en día, nos permite empatizar, nos permite querer luchar para que todas contemos con esas mismas oportunidades. También permite a los más pequeños entender las distintas realidades, no solo de familias que puedan tener menos recursos, sino de personas que puedan tener alguna enfermedad que hace su día una lucha distinta a la nuestra, pero no por ello deberían tener menos oportunidades.
De la misma forma, educar en la diversidad nos permite conocer otras culturas, otras costumbres, otros países en los que quizá las cosas no funcionen de la misma manera como funcionan donde nosotros vivimos. Las tradiciones son distintas en Argentina, de Noruega, de África o de Nueva Zelanda. Conocer esa diversidad y aprender de ella nos llena de curiosidad.
Y estoy mencionando solo algunas de las diversidades que tenemos, pero hay miles de otras. Los ritmos de aprendizaje son distintos en cada niño, lo que nos hace diferentes en la infancia, igual que nuestras habilidades nos hacen diferentes tanto en la infancia como en la edad adulta. Nuestros gustos y especialidades, nuestra religión y nuestras preferencias, nos hace a todos diferentes.
Las casas y los habitantes del barrio de Olivia son todas diferentes. El libro nos presenta a los niños que viven en ellas. El barrio cuenta con 10 casas, pero en esas 10 casas viven 12 niños. Aunque no todos son chilenos, también hay otras nacionalidades. Los 12 niños tienen sueños de qué van a ser cuando sean mayores y… ninguno coincide con los demás! Cuando salen a jugar, también tienen gustos diferentes:
En cada una de las casas, los niños tiene rutinas diferentes antes de irse a dormir, y También, cada familia tiene mascotas diferentes, o quizá no les gustan las mascotas.
Ah! y hay casas en el barrio donde no viven niños, porque no todas las familias son iguales. En cada familia, celebran los días especiales (o un fin de semana) con actividades distintas: unos van de paseo, otros piden pizza, etc..
¿Tiene tu barrio algún parecido con el de Olivia?
Espero que os haya gustado este libro. En la página web podéis tener más información y comprarlo, aunque también se encuentra en algunas librerías, en Chile. También puedes compartir cómo es tu barrio, subiendo un dibujo a la web.