En muchas ocasiones he recibido consultas de padres preguntándome si pueden ofrecer zumos de fruta o cereales a bebes de 2 o 3 meses, ya que desconocen los peligros que puede acarrear esta práctica.
Además, hace algunas semanas tuve conocimiento acerca de un caso de introducción de cereales a los 2 meses, por lo que resulta pertinente dar a conocer el riesgo de una introducción temprana de alimentos.
A corto plazo podemos encontrar que:
• Se interfiere con la lactancia materna, quedando esta desplazada y causando en la madre una disminución de la producción de leche. Todo esto con sus respectivas consecuencias nutricionales, inmunológicas y cognitivas sobre el bebé.
• Mayor ocurrencia de diarreas, ocasionadas por la digestión y absorción deficiente (inmadurez gastrointestinal).
• Aumento de las enfermedades respiratorias, causadas por bronco aspiración debido a la inmadurez neurológica, entre otras causas.
• Daño renal por sobrecarga de nutrientes, particularmente proteínas y minerales que el niño debe eliminar por esa vía, con el subsiguiente peligro de deshidratación porque se necesita agua adicional para excretar las sustancias de desecho.
• Desnutrición, anemia y deficiencias nutricionales específicas por interferencias en la absorción de nutrientes presentes en la leche materna o por disminución en la ingesta de leche materna (o fórmula de inicio), que cubre por completo los requerimientos del niño en el primer semestre de vida.
• Mayor posibilidad de desarrollar alergias alimentarias.
A largo plazo, una introducción temprana de alimentos puede causar:
• Mayor riesgo de presentar obesidad en el futuro, no solo debido al aporte inadecuado de algunos nutrientes, sino también a que el bebé aun no presenta la madurez neuromuscular adecuada y puede no ser capaz de demostrar saciedad, dando lugar a una alimentación forzada o sobrealimentación.
• Enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión arterial y la diabetes.
• Mayor riesgo de caries dental.
• Alergias alimentarias.
Tras esta revisión podemos concluir que ningún alimento distinto de la leche humana (o en su defecto las fórmulas de inicio) se considerará apto para su consumo antes de cumplidos los 4 meses de edad.
Y en niños alérgicos, ¿cambia la edad de introducción de alimentos?
No, en niños que presentan alergias o atopias se considerará adecuado iniciar la ablactación como mínimo a las 17 semanas, siempre tras el visto bueno de su pediatra y con el apoyo de su dietista-nutricionista.
Fuentes consultadas:
Asociación Madrileña de Pediatría en Atención Primaria (2010). La alimentación del lactante y del niño de corta edad.
Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Alimentación complementaria del niño entre 0-24 meses. Mira, D. (2011).
Sociedad Colombiana de Pediatría. Alimentación Complementaria en el primer año de vida. Daza W., Dadan S.
OMS, UNICEF (1998). Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.
Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (2009). Alimentación del Lactante. Nutrición pediátrica, pp.123-141. Caracas, Venezuela.
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