- lentitud
- suavidad
Sin olvidar estas dos normas, ¡¡llega el momento de las papillas!!
Los dos primeros alimentos que se introducen deben ser los cereales y las frutas. Aunque no existe un consenso general de cual debe introducirse primero, normalmente se recomienda empezar por los cereales, pues estos llevan una base de leche y se dan a una temperatura cálida por lo que son mucho mejor aceptados.
Cereales
A los 6 meses introduciremos los cereales, aunque seguiremos las indicaciones de nuestro pediatra ya que muchas veces estos se introducen antes, sobre todo si los bebés se han alimentado con lactancia artificial.
Los primeros cereales que demos al bebé deben ser sin gluten y sin azúcar. Aunque hace unos años el gluten se introducía a los 9 meses, tanto la SEGHNP (Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediatrica) como la AEP (Asociación Española de Pediatría) y como indica la guía editada por la Generalitat de Catalunya sobre Alimentación infantil de 0 a 3 años, el gluten se introducirá a los 7 meses siempre con prudencia y observando la buena tolerancia digestiva del bebé.
Y cómo prepararlos??
Las primeras tomas pueden iniciarse añadiendo una cucharada sopera rasa a unos 200ml de leche, y posteriormente iremos aumentando esta cantidad hasta confeccionar una papilla con 180ml de leche y 5 cucharadas de cereales (1 cucharada sopera rasa son unos 5g de cereales). La primera toma de cereales se aconseja dar al mediodía y el resto de tomas leche materna o adaptada.
El cambio a cereales con gluten se realizará de manera progresiva para poder así observar la buena tolerancia de estos.
La papilla de cereales la prepararemos como siempre y se empezará introduciendo el primer día una cucharada de cereales con gluten y cuatro sin gluten (de las 5 cucharadas) y así progresivamente iremos aumentando las cucharadas de cereales con gluten hasta elaborar la papilla con cinco cucharadas de cereales con gluten.
Frutas
Para introducir las frutas es aconsejable empezar con pequeñas cucharaditas de zumo de fruta natural, procurando que este no sea muy ácido.
El momento del día en que se acostumbra a dar la fruta es a media tarde, pero no es necesario cumplir esta norma. Hay circunstancias que marcan otra hora más idónea.
Debido a que muchos niños rechazan esta papilla por el gusto ácido, desconocido por el bebé, la sensación fría y la mezcla de aromas, una mejor opción para empezar es elaborar la papilla de fruta con una base de leche. Más suave y de más aceptación.
Cómo preparar la papilla de fruta?
Para empezar trituraremos 50g de manzana y 50g de pera en una base de 60ml de leche (materna o adaptada). Ambos tipos deben estar a una temperatura templada para que el bebé no reciba la impresión de alimento frío.
Este volumen es suficiente para los primeros días y a continuación se puede dar una toma de pecho o biberón que complete la dosis.
Tras unos días se añadirá unos 30g de plátano.
En un plazo de una semana el volumen de papilla que se debe conseguir es de unos 250ml aproximadamente con un aporte de unos 90-100ml de leche, y no debe añadirse azúcar ni miel.
Esta cantidad no es una norma fija ya que hay niños muy comilones y otros en cambio con una cantidad menor ya están saciados. No hay que obsesionarse con las cantidades y con que el bebé se lo termine todo, pero sí ofrecer al bebé todos estos alimentos.
Junto con estas tres frutas se pueden incorporar otras frutas, siempre de una en una para observar la tolerancia a estas. En el primer año de vida, las frutas que se recomiendan son: uva, albaricoque, melocotón, sandía y ciruela. Se pueden hacer muchas combinaciones y así acostumbramos al niño a la variedad.
Los cítricos podemos seguir dándolos en forma de bebida entre horas. Tres cuartos de hora antes o media hora hará que tenga más apetito ya que en este plazo ya se ha digerido. Una dosis de 50ml es muy recomendable.
Muchas veces este zumo también lo podemos pasar a la papilla de frutas en lugar de la leche, pero significaría disminuir la cantidad de leche total que damos al bebé y hasta el año de edad, la cantidad de leche que deben consumir son unos 500ml para asegurar un aporte correcto de calcio y ácidos grasos esenciales, así como para asegurar los requerimientos energéticos.
Cuando introducimos estos dos grupos de alimentos a la alimentación del bebé el esquema que queda es el siguiente:
Todo esto siempre irá acompañado de una actitud positiva y que transmita confianza al bebé para que sea una bonita etapa tanto para el bebé como para la madre o la persona que dé de comer al bebé. Es importante que sea lo menos traumática posible para evitar futuros rechazos con la comida.
Nos vemos en la siguiente entrada,
hasta pronto!!