Desde luego, las tecnologías aún no habían invadido nuestras vidas, así que teníamos que apañarnos con juegos algo más caseros para divertirnos, pues no teníamos a nuestro alcance redes sociales, teléfonos móviles ni juegos de ordenador.
Al no tener fácil acceso a tecnologías porque económicamente era costoso o sencillamente no se habían inventado tantos juegos electrónicos pues éramos capaces de inventar cualquier juego al aire libre y sacarle el mayor provecho para divertirnos sin limitaciones.
Repasemos algunos de ellos. Quienes fueron niños a finales de los 80 y principios de los 90, seguro que los recuerdan.
En primer lugar, no había niña que no tuviera una carpeta con un gran surtido de cartas de cambiar, las cuales, como dice su nombre, se intercambiaban entre amigas para que cada una consiguiera la mayor variedad posible.
¿Y qué me decís de los álbumes de cromos y el trabajo que costaba terminarlos? Pero sin duda, lo mejor eran esos recreos en los que los intercambiabas con tus compañeros de clase y en los que no dejabas de repetir 'no-le, sí-le'.
Los chicos encontraban en las peonzas y en las chapas a sus mejores aliados durante su tiempo libre. Con tan solo unas chapas y un garbanzo se armaban los mejores partidos de futbol que se pudieran disputar en la época.
Por otro lado, la ondamanía y los yoyos son otros dos clásicos. Podíamos pasar horas haciéndolos subir y bajar.
Por último, los juegos que se realizaban en la calle, como el truque o saltar a la comba, también tenían su encanto. Y además, resultaban de lo más sanos, ya que también nos servían para hacer ejercicio.
¿Se os ocurre alguno más? ¿Creéis que los juegos de antes eran más sanos que los de ahora?
Fotos: Facebook, Generación80, Vitonica, Neodespierta.blogspot, Diariovasco y Chuano