Cierto es que para gustos los colores, pero en el ámbito de la maternidad vivimos en un proliferan cada vez más los encontronazos entre diferentes corrientes y teorías, ubicándose cada uno en un rincón del cuadrilátero y tomando la teoría ajena como enemiga. Y en algunos casos volvemos sobre nuestros pasos porque “todo tiempo pasado fue mejor”.
Y lo que se encumbra en esta “guerra psicológica” entre partidarios y detractores es saber quién enarbola la bandera de Buena Madre o Mala Madre. ¿No es políticamente correcto decir que no tienes ganas de dar el pecho? ¿O que quieres dormir solo? ¿O portear a tu hijo/a sin que te digan que se te va a malacostumbrar? Hay muchos casos en los cuales tenemos una rivalidad encarnizada. Pasen y vean!
La rivalidad entre los métodos de crianza
1. “En esta esquina el Métodos Estivill y en esta otra… el Colecho: Del “no cojas al niño” a “al 1, 2, 3, 4 o más en la misma cama”.
Por historia, gana la partida el Colecho porque el ser humano, desde que éramos primates, colechaba. Es en los últimos 150 años en los cuales el ser humano comienza a separarse como tribu a la hora de dormir. Y ahora estamos volviendo sobre nuestros pasos al practicar el Colecho. Sus seguidores lo ven como una forma natural a la hora de dormir, los detractores apuntan a la seguridad como aspecto más peligroso.
Métodos para dormir hay muchos, pero los seguidores de Estivill (o más bien llamado Ferber) también son muchos y ven en el Colecho al enemigo y sus pautas al parecer, efectivas, son seguidas por muchísimos padres. Sin embargo, para sus detractores, utilizan técnicas conductistas que poco respetan al bebé o niño y sus necesidades.
Yo no he optado por ninguno de estos métodos y sin embargo, no los critico ni intento cargar tintas sobre unos u otros.
2. Bebés que lloran vs. bebés que no lloran.
Pasamos de dejar llorar al niño porque “se le abren los pulmones” a satisfacer casi de forma inmediata sin escalas. ¿Los métodos de no dejar llorar al niño son realmente eficaces? ¿No es bueno que el niño llore desconsolado y desatendido pero tenemos que satisfacer todas y cada una de sus demandas inmediatamente?
2. Lactancia vs. Biberón:
También aquí hay para todos los gustos. Históricamente gana la lactancia, aunque en muchos casos ni siquiera eran las madres lasque lactaban. Está probado los beneficios de la lactancia en los niños pero es necesario cargar contra aquellas madres que optan por dar un biberón? En mi caso tuve que optar por la lactancia mixta, ya que mis mellizos tomaban muchísima leche y no llegaba a producir tanta cantidad y ellos solo se destetaron a los 4 meses (una de las desventajas de la lactancia mixta es que el biberón resulta más sencillo que el pecho y los niños optan por esta solución más fácil)
3. Pañal de tela vs. descartable :
Aquí hay muchas opiniones. Históricamente gana la batalla el pañal de tela, pero el descubrimiento del descartable ha librado del trabajo esclavo de limpiar los pañales con lejía. En este punto, hay también un aspecto económico y ecológico a tener en cuenta, aunque les digo que para las mamás de mellizos y gemelos el descartable es un verdadero adelanto si pensamos en la vida de las madres múltiples de hace 40 años.
4. Cochecito vs. Porteo
El porteo es claramente anterior a los cochecitos! Pero pueden ser complementarios, ya que podemos portear y llevar en cochecito, verdad?
Sin embargo, los detractores del porteo ven que esta actividad “malcría” a los bebés haciéndoles más dependientes.
5. “Buena Madre” vs. “Malamadre”
¿Qué es ser buena madre? ¿Satisfacer todas las demandas de tu hijo/a? ¿Es ser “MalaMadre” tener un momento para ti? Desde el momento en que sabes que vas a ser madre, caen sobre ti un sinfín de comentarios, expectativas, ilusiones y deberes que a veces pueden afectar tu sensibilidad. Serás el centro de comentarios, de juzgamientos, de quienes te conocen y quienes no. Es así, socialmente cumplimos un rol muy complejo, el trabajo más difícil de nuestra vida, por el que se nos evaluará constantemente.
Últimamente, ha aparecido en la escena un grupo muy interesante llamado Club de Malasmadres, el cual intenta desmistificar desde el humor el espacio de la Buena Madre que hace mermelada y tiene la comida siempre lista y nace con la intención de dar una patada al tablero de lo que socialmente se espera de la mujer-madre.
Tu maternidad es tuya
La tarea por excelencia de nuestra vida como madres es amar y educar en el respeto, estableciendo normas y marcando límites que faciliten la inversión de nuestros hijos en la sociedad.
Mi maternidad gemelar me enfrenta a un reto diario el cual aprendo, me equivoco, rectifico, educo, me educan como madre, facilito el crecimiento y crezco como mamá y como persona. Expliqué en Cómo dormir a los mellizos los malavares que hemos hecho para hacer frente a la dura tarea de dormir a dos al mismo tiempo. He tenido una lactancia mixta (pecho y biberón), soy fan del pañal descartable, y no he porteado porque mis bebés no querían ni ver el portabebés! Hemos aprendido que con mellizos, alguno de los dos llorará porque no siempre puedes atender a dos al mismo tiempo y los niños, aceptan la situación aunque no les guste porque entienden que no están solos y que no siempre reciben la atención. Me considero lisa y llanamente MADRE con todo lo que implica, desde cocinarles con amor, poner límites, jugar con ellos y disfrutarlos a tener mi tiempo de mujer, de momento, un pequeñísimo espacio para desconectar, para respirar a solas o en pareja. Y como madre, intento no juzgar lo que hacen las demás. Miro y aprendo; tomo lo que me gusta y lo que no, lo descarto e intento entender que cada familia es un mundo y que cada uno elegirá la forma de educar será feliz con ella.
Como sociedad, tendríamos que ACEPTAR que cualquiera de estas opciones son correctas en tanto y en cuanto respondan a nuestra visión de cómo queremos educar a nuestros hijos. Criticar lo que hace el vecino/a no nos hace ni mejores personas y mucho menos, mejores madres o padres. Ojalá ese tiempo que dedicamos a ser detractores del pensamiento ajeno lo dedicáramos a defender la libertad de elección y a nuestros hijos para aplicar la educación que queremos, que con eso, ya tenemos un gran trabajo para toda una vida.
¿Vosotr@s qué opináis?
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