Lo sé. Soy la ene mil persona que va a hablar de este chisme. Pero estoy tan alucinada que no puedo dejarlo pasar. La primera vez que supe de su existencia fue hace un par de semanas. Hasta entonces ni había oído hablar de él, ni leído ni visto. Mi primer contacto fue a través de la radio, en el programa de Julia Otero en Onda Cero y minutos más tarde me lo enseñaba una amiga. En menos de 24 horas la Princesa ya tenía uno (regalado por su prima) y en menos de una semana lo he visto por todas partes: post, vídeos, prensa, colegio... y lo que más me tiene alucinada ¡¡¡en varios países del mundo!!! En particular, sé fehacientemente que en Nueva York y en San Diego está triunfando y que en en Inglaterra lo han prohibido en algunos colegios
Curiosamente, no es un invento de hace dos días sino que fue creado hace casi 30 años por Catherine Hettinger. Sobre lo que le motivó hacerlo hay versiones diferentes, desde que fue para entretener a su hija, que fue para poner paz entre unos niños que se estaban peleando en Israel o que lo construyó para su propio beneficio como una mera distracción para evitar el estrés que le provocaba una enfermedad que le habían diagnosticado. Sea como fuera, es esa tercera razón la que más está triunfando. Y es que son muchas las voces que hablan del Spinner como una gran herramienta para tratar el déficit de atención, el autismo o los trastornos de ansiedad. No hay una evidencia científica que lo demuestre, así que siguiendo nuestra filosofía del #nosinevidencia lo pasaremos por alto.
Lo que más me sorprende es el qué hace o quién provoca que un juguete, inventado hace más de 20 años, se ponga de moda ahora mismo y no solo en un país sino en muchos. ¿No te inquieta? Es verdad que modas en los colegios ha habido muchas y en todos los tiempos: que si los chinos de la suerte, las peozas, los yo-yos... Pero ¿a nivel mundial? Esto me hace pensar una obviedad: que estamos más manipulados y dirigidos que lo que nos pensamos. Y tú, ¿qué piensas?
¡¡FELIZ MARTES!!