La memoria (o no) después de la maternidad...

No sé si  también te pasa a ti, pero desde que soy mama ando fatal de memoria. Al principio pensé que sería algo transitorio, por la emoción y el estrés de los primeros momentos cómo madre, pero no, la cosa no ha variado mucho. Ahora tengo complejo de Dori, la pececilla de "Buscando a Nemo". Eso sí, ahora ya tengo trucos para no olvidarme de las cosas....( me veo con los post-it pegados por ahí, porque en la nevera ya no caben más papeles).



Descuidos en la cocina:

Antes de ser mamá, era capaz de poner la comida al fuego, salir de la cocina, ponerme hacer cualquier otra cosa y continuar siendo plenamente consciente de que tenía algo en la vitro. Pero ahora ..... ahora más de un día me he visto comiendo un bocadillo de pan descongelado ( por no perder ya más tiempo en bajar a por el pan) y con cualquier embutido. Es salir de la cocina y me olvido completamente de lo que he estado haciendo dentro.

Las lentejas y el arroz son lo que más veces les ha tocado agarrarse a las cazuelas. Un día había invitado a una amiga a comer a casa. Iba a preparar una ensaladita de arroz de verano, de estas ricas riquísimas, así que puse el arroz a hervir. Puse el extractor, baje el fuego, y cerré la puerta de la cocina para que no me molestara el ruido porque iba a llamar por teléfono a otra amiga. Estuve hablando con ella casi 1 hora. Sí! 1 hora, y del arroz nunca más se supo.....La olla no conseguí salvarla, y a mi amiga la invité a comer fuera. Cogimos al peque y nos fuimos. Al final no estuvo mal el día. 

La anécdota más fuerte y que me da hasta vergüenza contar, fue la vez en que puse a esterilizar un chupete o una tetina (no me acuerdo) nueva en un poquito de agua hirviendo. Solo tenía que estar unos minutos. Era un sábado y aquella tarde todos estaban durmiendo en casa, ¡milagrosamente! Salí de la cocina no se para qué y cerré la puerta ¡¡¡¡mmmmeeeccc!!! ¡Error! Se me olvidó y me tumbé con mi peque y el papi a echar la siesta. ¡Dios! Cuando nos despertamos y me voy a la cocina a preparar la merienda ¡estaba todo negro!. La tetina o le que fuera se había descompuesto y por la cocina volaba un polvillo negro y olía a plástico requemado (se me quitaron las ganas de darle ningún chupete a mi hijo ni nada de plástico, actualmente se chupa el dedo). 

Desde aquel día decidí no cerrar la puerta de la cocina por nada del mundo mientras tenga algo en el fuego, aunque estuviese cocinando coliflor y llegara el olor hasta Cuenca. Y, a no ser que sea absolutamente necesario, no salir de la cocina para nada. 

He de decir que este tipo de descuidos, gracias a dios, desde que duermo unas horas decentes para mi descanso ya no los tengo.....ahora estamos en otro nivel:

No acordarse de la edad que tienes:

Esto es muy deprimente para mi, pero desde mi ultimo cumpleaños, que fue en enero, ¡me cuesta recordar mi edad! ¡Qué desastre!, me quedo pensando en si tengo 31, o 33.... luego tengo que recurrir a las cuentas de la vieja y digo: " Si nací en el 82 y estamos en el 2014 ahora tengo .... 32, tengo 32" y ya me quedo tranquila, pero leches, ¡que ya no me acuerdo a la primera! 

Para acordarme de las edades de los demás (que  tampoco es que haya sido demasiado buena en fechas y edades, todo hay que decirlo) tengo que elaborar un croquis mental partiendo de mi edad y pensando: "Si tal tiene 5 años más que yo, entonces tiene tantos....", "si la otra tiene 2 menos que yo, entonces ahora tendrá tantos otros".... y así vamos. Lo peor es que este truco no me sirve para mis papis (¡Hola papa!) porque nunca he llegado a calcular cuanto tiempo nos llevamos.... (papa, tu tranquilo que siempre te pongo de menos....).

Los amiguitos de tus hijos:

Esto puede parecer normal, pero me sé casi todos los niños y niñas de la clase e mi hijo (del grande eso sí, que lleva dos años con el mismo grupo y he tenido más tiempo de memorizarlos. Aunque ahora mezclaran grupos y el año que viene ya no me los sabre todos otra vez), bueno a lo que iba, a pesar de saberme todo los nombres, a veces, cuando voy a decir el nombre de alguno de los mejores amiguitos de mi nene, ese que tiene todo el día su nombre en la boca, me quedo en blanco; pero talmente. No es aquello que dices "lo tengo en la punta de la lengua", no, directamente es que no me acuerdo. Y a veces tardo en recordarlo y otras veces directamente lo dejo de intentar. 

Me voy a parecer al padre de "Los Serrano", que recuerdo que nunca se acordaba del amigo del mediano....espero no coger nunca la escobilla.... jajajajaja ;)

Los paseos piso arriba piso abajo:

Esto ya me pasaba antes, creo que es algo muy común y que le pasa a todo el mundo: Ir a la habitación de los niños y no acordarte de para que ibas, tener que salir, volver a dónde estabas y entonces sí, te acuerdas de lo que habías ido a hacer. Bueno, pues ahora me pasa mil veces. ¡Cada día! Doy más vueltas que el 28, piso arriba piso abajo, ahora no me acuerdo a que iba, ahora ya me acuerdo, pasillo pa un lao, pasillo pa el otro...

A lo mejor esto me pasa para compensar la falta de ejercicio físico, que desde que soy mamá, ni piscina, ni gimnasio, ni correr, ni bailar, ni ná de ná. Y la verdad es que ahora que son más grandes y que en el parque no tengo que correr detrás de ellos y puedo sentarme en un banco a mirar, se nota. Mis pantalones lo notan, ¡se han hasta encogido!

Y a ti ¿Te ha afectado a la memoria el tener hijos o soy yo que empiezo a tener menos memoria que un pez?

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