Sé que todavía es temprano para empezar a angustiarme por estos temas, pero no puedo evitar pensar en eso. Sobre todo, cuando hace poco fui a una fiesta del salón de mi hijo y me enteré que una niña del salón se muere por él, y? no es la única. ¡¿QUÉ?! Casi me infarto, ¿quién osa mirar a mi bebé? En ese momento recordé un episodio en el matrimonio de un buen amigo mío. Yo estaba muy feliz por él pues, se casaba muy enamorado con una chica excelente. Inmediatamente pensé que me gustaría que mi hijo se case con una chica así (de acá a 30 años, obvio), cuando a los 5 segundos empecé a ponerle mil peros a la chica: pero, tendría que haber estudiado otra carrera, en otra universidad, quizá tener otro estilo de vida, ser un poco más flaca, un poco más alta? ¡asú! pensé, pobre hijo mío (y pobre pareja) y por supuesto, pobre yo, porque yo también sufro.
Para que me comprendan debo empezar por la verdad objetiva: no existe en el mundo ningún niño más guapo, bello, bueno e inteligente que mi hijo mayor. No hay criatura más tierna, noble y buena que él. Sí claro, tiene sus temitas pero, eso sólo lo vuelve más interesante y entretenido. Cualquier chica del mundo se sentiría afortunada de tener a alguien como él. Así, las cosas es casi imposible que consiga a alguien que le de la talla. ¿Comprenden ahora a lo qué me enfrento? ¿Acaso existe alguna mamá que no piense eso de sus hijos? Y si la hay, por favor que converse conmigo.
Sí ya sé que estoy exagerando y que todavía tengo bastante tiempo para meterme a clases de yoga y meditación zen y enfrentar esta próxima (y lejana) etapa con una mente más abierta y menos aprensiva. Además, para ? como dice mi marido - darme cuenta que: "sus enamoradas las consigue él, no yo. Y que lo deje tranquilo, si no me va a odiar" y "¿por qué las mujeres piensan esas tonterías? Pero, no lo puedo evitar. Soy una neuro_mamá, soy su mamá y él es mi hijito lindo, mi regalito de Dios, lo mejor que me pudo pasar. Y sea quien venga, tendrá que comprender eso y comprender también, que yo vengo incluida en el paquete. Así, que ¡agárrense!