La técnica de la tortuga consiste en utilizar la analogía de las tortugas cuando se sienten amenazadas. Dicho de otro modo, esta técnica consiste en imitar a las tortugas cuando se siente en amenazada, es decir se repliegan en su caparazón.
De este modo se le enseña a los niños que tengan déficit de habilidades de enfrentamiento, a meterse en su propio caparazón imaginario. Cuando el niño se sienta amenazado tenemos que enseñarle que tiene un caparazón imaginario que lo protegerá. Dentro del caparazón debe de controlar sus impulsos y emociones. Ya que de no hacerlo puede romper ese caparazón y hacerse daño el mismo.
Se debe de enseñar al niño a reconocer una palabra clave, en este caso “tortuga”. De este modo el niño automáticamente debe de encoger su cuerpo. Cerrar su cuerpo y poner la cabeza entre sus brazos. Una vez que el niño ya tiene adquiera la palabra clave y como reaccionar ante ella, tenemos que enseñar a relajar los músculos. Es incompatible una relajación con la elevación de los músculos en tensión. Por lo tanto se reducen las probabilidades de que los impulsos y emociones estallen. Dejando paso a la relajación.
Así mismo enseñaremos al niño técnicas para la resolución de problemas. Así podrá evaluar las distintas alternativas que hay para manejar la situación que le ha llevado a tener que realizar la tortuga.
Con esta técnica los niños pueden aprender a expresar sus sentimientos, disminuir en grandes cantidades sus conductas de golpes y ayudar a entender el porque de sus frustraciones. Esta técnica es fácil de enseñar y administrar; a largo plazo tiene más efectos; se requiere de la habilidad de enfrentamiento para vivir en la sociedad; el niño que la practique estará aprendiendo a tomar responsabilidades sobre sí mismo y ser un poco más independiente; el niño aprende a expresar y ejecutar sus necesidades de una manera adecuada y correcta.